viernes, 18 de septiembre de 2009

El botafumeiro

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Desde luego no es nuestra intención hacer una descripción detallada de la catedral compostelana, para eso están las guías turísticas, pero sí trataremos de destacar aquellos puntos que, en nuestra opinión, más llaman la atención a quienes la visitan. ¿Serán estos los diez puntos más visitados de la catedral? Creemos que sí pero, bueno, habrá otras opiniones...
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1.1.- El Botafumeiro. Este enorme incensario es el símbolo más popular y conocido de la catedral compostelana. Hay quien dice que su utilización estaba relacionada con la eliminación de los olores producidos por la multitud de peregrinos que se apretujaban, pernoctando incluso, en un recinto cerrado y de dimensiones limitadas como es una catedral; esa podría ser la causa de confeccionar un sahumerio de tales dimensiones. Sin embargo, no parece probable que tal haya sido el motivo pues, por una parte, el sahumerio debería funcionar permanentemente, cosa que no ocurría, y, por otra, sus vaporosas esencias se elevan al cielo sin alcanzar la mayor parte de la zona donde se congregan los fieles. Quedémonos pues con la idea de que el botafumeiro no es más que un simple, aunque inmenso, incensario destinado al culto litúrgico.

Tiene santo Compostela
y el rey de los incensarios
que de nave a nave vuela.

El botafumeiro original, donado por el rey Luis XI de Francia, estaba elaborado en plata y databa del año 1554. Pero, si francesa fue la ofrenda que permitió su construcción, francés fue su destino, pues acabó en manos de las tropas napoleónicas en 1809 y no se volvió a saber más de él. Como sustitución del incensario original se construyó uno de hierro que se usó hasta el año 1851 en que fue sustituido por el actual, hecho de latón plateado, de 58 kilogramos de peso y obra del orfebre compostelano José Losada. La Catedral dispone, no obstante, de otro ejemplar, obra de Artesanía Molina de Madrid, que fue donado en 1971 por la Hermandad de Alféreces Provisionales.

Compostela, ciudad predilecta / del Hijo del Trueno
en ti, grande, famoso incensario, / el símbolo veo
de glorias pasadas / de tu nombre excelso.
José da Viña Trasmonte
 
El botafumeiro se columpia mediante una cuerda que lo sujeta al carrete y de la que, tras dividirse en ocho ramales, tiran los correspondientes tiraboleiros. Las poleas, o carrete, que lo sujetan se apoyan en un artificio metálico obra de unas herrerías vizcaínas. El gran incensario es utilizado en las veinticinco solemnidades litúrgicas del año y con ocasión de ofrendas o peregrinaciones.