viernes, 30 de julio de 2010

Ampliación de la lista de nuevos cofrades

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Con posterioridad a la publicación del anterir "post" hemos tenido la confirmación de que, en el Capítulo de Santiago, también será recibido como nuevo cofrade el conocido empresario gallego D. Mario Antonio Conde Conde. Como todos sabéis, Mario Conde es un gallego ilustre y ejerciente al que también damos la más calurosa bienvenida a la EOV.

miércoles, 28 de julio de 2010

EOV: Relación de nuevos cofrades que serán recibidos en el Capítulo Jubilar de Santiago 2010:

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Alberto BERGUER SÁNCHEZ (Cirujano Maxilofacial-Madrid)

José Manuel BLANCO SUAREZ (Alcalde de Narón-A Coruña)
     Esposa: Teresa Miranda Méndez

Francisco CARBALLO LOSADA (Empresario-Puerto Rico)
     Esposa: Mercedes SANTIAGO

Ángel CARRACEDO ALVAREZ (Investigador y Catedrático-Santiago)
     Esposa: Montserrat ROBELO

Enrique CASTILLO RON (Investigador y Catedrático-Santander)
     Esposa: Mª del Carmen SÁNCHEZ HIDALGO

José Manuel CORES TOURIS (Delegado Territorial-Pontevedra)
     Esposa: Mª del Pilar Blanco Abal

Sergio CORTES RODRÍGUEZ (Empresario-Colombia)
     Esposa: Mónica Alberte RiverA

Juan Carlos ESTEVEZ FERNÁNDEZ-NOVOA (Procurador-Madrid)
     Esposa: Rosa SANZ PÉREZ

Francisco Javier EXPÓSITO PARADELA (Empresario-Madrid)
     Esposa: Pilar SEOANE SÁNCHEZ

Pilar FALCÓN OSORIO (Periodista-Madrid)
     Esposo: Arcadio ARIENZA GARCÍA-LORENZANA

Mª del Carmen FERREIRA CAMPOS (Empresaria-Santiago)
     Esposo: José Ramón AGRA LÓPEZ

Manny FONTENLA-NOVOA (Empresario-Reino Unido)
     Esposa: Lesley FONTENLA

José Manuel IGLESIAS VILAS (Empresario-A Coruña)
     Esposa; Mª Josñé RAMIL PERNAS

José Ramón LEIZAN LÓPEZ (Empresario-Puerto Rico)
     Esposa: Maria J.RIVERA

Mª Jesús SAINZ GARCÍA (Senadora por A Coruña)

Gregorio VARELA MOREIRAS (Catedrático-Madrid)
     Esposa: Julia PÉREZ DE MIGUEL

Antonio VÁZQUEZ DOMÍNGUEZ (Empresario-USA)
     Esposa: María ANDRÉS LORENZO

Mª Belén PRADO SANJURJO (Viceconsejera Sanidad-Madrid)
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Bienvenidos a la EOV

lunes, 26 de julio de 2010

Apuntes Jacobeos: El oficio de truhan

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Pícaros (Niños comiendo melón y uvas. Murillo)

4.10.- El oficio de truhán. Copiamos de Torrente Ballester: A la vista de las murallas, una caterva de pícaros se acerca a los peregrinos. Con palabras que remedan los idiomas respectivos, les ofrecen reliquias, comida, hospedaje. Ya no les dejarán en paz hasta el regreso. El peregrino, como el viajero moderno, ha de padecer esta pícara gente que hace su agosto de la piedad...

Pero eso no era lo peor. Mal que bien, el peregrino podía defenderse de la caterva de pícaros compostelanos, mas, ¿cómo defenderse de todos los malhechores que acechaban por los largos y solitarios caminos? La cantidad de peligros a los que se veía sometido eran numerosos. He aquí algunos de los engaños que el romero podía sufrir a lo largo del camino recopilados por Ana Arranz Guzmán: 
- Los robos efectuados por los posaderos, bien de manera individual, bien sirviéndose de compinches.
- Los realizados por los vaqueros.
- Los llevados a cabo por bribones que ofrecen, fingiendo caridad y amistad, sus casa para hospedar a incautos peregrinos.
- Los perpetrados por cambistas tramposos.
- Los de especieros y drogueros que adulteran jarabes y antídotos.
- Los vendedores de falsas reliquias.
- Los efectuados por los comerciantes que venden más caro a los peregrinos que a su vecinos, y utilizan medidas y pesos falsos.
- Los realizados por los cobradores de portazgo.
- Los de aquellos que utilizan hábitos eclesiásticos para confesar al peregrino y, más tarde, robarle.
- Los perpetrados por simples salteadores de caminos, que no emplean ya el engaño, sino la pura violencia.
- Los que pretenden conseguir los bienes de un peregrino impidiéndole testar.
- Los llevados a cabo entre los propios peregrinos.
Los reyes y ayuntamientos mostraron una gran preocupación por la situación, y fueron muchas las ordenanzas con que trataron de evitar tanto engaño. Pero nunca fue posible desterrar a los truhanes acostumbrados a la vida fácil, truhanes entre los que había gente muy luzida como ortigas entre yerbas, en afortunada frase de Juan de Huarte.

miércoles, 21 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos. El Epílogo

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El día después

Nuestras "Compostelas"

Un sentimiento contradictorio nos invadía. Mientras hacíamos cola para abrazar al Apóstol, comentamos los paradójicos pensamientos que ocupaban nuestras cabezas. Por un lado, felicidad absoluta. Habíamos cumplido la promesa y habíamos alcanzado un reto personal y de pareja que, al planearlo, nos dejó muchas dudas de si seríamos capaces. Lo fuimos. Hemos cumplido la promesa, porque, como dicen los versos del Eclesiastés, cumple pronto cuando a Dios hicieres promesa, porque Él no se agrada de los insensatos, mejor no prometas que prometas y no cumplas.

Pero por otro lado, nos sentíamos como vacíos. Y mañana ¿qué?. La implicación personal en la Ruta ha sido tan fuerte que nuestras vidas han girado alrededor de ella durante todo el tiempo que hemos empleado. ¿Es posible que mañana no tengamos etapa?, ¿es posible que mañana no vivamos otra vez la experiencia de compartir frutos secos y agua con ese grupo de peregrinos?.

Hemos conocido tanto…. Arte, cultura, ingeniería, naturaleza. Catedrales e iglesias; lenguas y acentos; gastronomía y tradiciones; puentes y canales; altos y valles, bosques, viñedos, prados y tantas cosas más. Hemos disfrutado de la Galicia interior y, claro es, de Santiago. Sí. Pero mañana, ¿qué?. Nos hemos demostrado capaces de lo más difícil. Pero, ¿y nuestras vidas habituales?, ¿cómo vamos a afrontarlas?.

Con esos pensamientos seguimos avanzando lentamente en la cola para abrazar al Apóstol. Y creemos que el Apóstol nos da la respuesta. Hemos asumido que la vida será distinta después de esto. Hemos sabido en carne propia cuáles son nuestros techos, pero también nuestras posibilidades. Y que se puede disfrutar tanto de dar como de recibir, tanto de ayudar a quien lo necesita como de recibir ayuda de quien te la ofrece. Que hay gente maravillosa, con independencia de su posición, de su raza, de su lengua, de su religión. Y que también los hay aprovechados y sinvergüenzas. La experiencia jacobea es irrepetible, aunque la repitamos. Nos quedamos con sus enseñanzas, las buenas y las malas. Con las emociones, sentimientos y reflexiones que hemos experimentado a lo largo de estos largos setecientos y pico kilómetros.

Y de nuevo nos refugiamos en el Eclesiastés para combatir el vacío dejado por la promesa cumplida y el reto alcanzado: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para plantar y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir y un tiempo para construir; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar y un tiempo para desistir. Añadimos nosotros, un tiempo para la peregrinación, otro para vivir conforme lo aprendido en ella.

Llega el turno del abrazo al señor Santiago. Y, en silencio, le pedimos por los nuestros y le agradecemos habernos ayudado a llegar hasta aquí. Y, por lo bajito, le decimos: algún día volveremos.

Mayra Machado / José Félix Talegón

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 29.2: de O Pedrouzo a Santiago / 20 kms

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¡AL FIN, COMPOSTELA!

Tunel de acceso a la plaza del Obradoiro

Por la Rúa de San Lázaro nos adentramos en la capital de Galicia. Junto al Palacio de Congresos, desciende de un autocar un grupo de escolares portugueses. Su tutor se dirige a nosotros y nos pregunta, en un castellano aceptable, dónde habíamos comenzado el Camino. Desde Roncesvalles, le dijimos. Inmediatamente reunió a los chiquillos que nos rodearon comenzando una rueda de preguntas, que el tutor traducía. Nuestras respuestas en castellano eran entendidas bien, o eso parecía. Cuántos kilómetros hacíamos al día, qué comíamos, cuántas etapas, cuántas ampollas nos habían salido, etc, fueron sus preguntas. Uno de ellos, más atrevido, nos preguntó algo que ya rondaba nuestras cabezas, ¿lo vais a repetir?. Ya veremos, es probable. El tutor también nos preguntaba detalles e intentaba con ello despertar el interés de los chicos. Ellos estaban haciendo, en autocar, la doble visita que como luego supimos muchos otros portugueses habían organizado: Fátima y Compostela. Fue la segunda vez, la primera fue en el Alto del Perdón, en Navarra, que vivimos la impagable experiencia de animar a los chavales a vivir la aventura de la Ruta Jacobea.

¡Al fin, llegamos!

Pero ojo, aún no habíamos terminado del todo, así que nos despedimos del grupo, entre cariñosos aplausos y seguimos camino. El callejeo por Santiago fue inolvidable, qué ganas de entrar en el Obradoiro. Por fin, tras pasar frente al Monasterio de San Martín Pinario, un pasadizo abarrotado de músicos callejeros y turistas, nos da paso a la gran Plaza. No se puede describir lo que se siente. Apenas podíamos hablar. Unos peregrinos ciclistas bajaban de sus “bicis” y se arrodillaban besando el suelo. Otros se abrazaban jubilosos. Alguno, más bien todos, lloraba. Nosotros, frente a la fachada de la Catedral y flanqueados por el Palacio de Raxoi y el Antiguo Hospital de Peregrinos, hoy de los Reyes Católicos, estábamos sobrecogidos por la emoción. Numerosos grupos que se autoidentificaban portando las banderas de sus lugares de procedencia, Andalucía, Extremadura, Portugal, Polonia, Irlanda, Estados Unidos, se unieron en un improvisado y gigantesco corro, en cuyo centro un par de jóvenes cantaban acompañados de sus guitarras. Al compás de la música, todos unimos nuestras manos, desplazándonos siguiendo el suave ritmo y permitiendo se unieran al corro los peregrinos que seguían llegando incesantemente. No hay palabras. Mejor vengan a verlo.

Cola para la Misa del Peregrino

Aún impactados por la emoción y olvidando el cansancio acumulado, bordeamos la Catedral y nos dirigimos hacia la Rúa do Vilar, donde se ubica la Oficina de Acogida al Peregrino. Allí, hicimos cola para obtener la preciada Compostela, el documento escrito en latín que acredita haber hecho la peregrinación y que guardaremos como oro en paño. Al salir, peregrinos y turistas nos afanábamos en entrar en la Catedral para asistir a la Misa del Peregrino. También pudimos ver el vuelo del Botafumeiro, indebida mezcla, todo hay que decirlo, de significado jacobeo y espectáculo turístico. El abrazo al Apóstol hubimos de dejarlo para el día siguiente habida cuenta la imposibilidad de hacerlo ante la masiva afluencia de personas. Y la visita al Pórtico de la Gloria, desgraciada aunque necesariamente en obras y los tradicionales tres “croques” habrá que dejarlos para otra ocasión. Después de cumplir, en la medida de lo posible, con los ritos jacobeos, era preciso descansar mente y cuerpo, aturdida pero feliz la primera, ciertamente dolorido el segundo.
M & JF

martes, 20 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 29.1: de O Pedrouzo a Santiago / 20 kms

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Monolito que señala la entrada al concello de Santiago

Ahora sí que llegó el gran día. Atravesar los Montes de Oca y llegar a Burgos; cubrir la mitad del recorrido; León; la Cruz de Hierro; El Bierzo y la subida al Cebreiro, todos ellos y algunos más han sido hitos muy significativos en nuestra aventura; todos ellos nos parecieron, en las vísperas, merecedores de “gran día”. Pero ninguno como éste. ¡Íbamos a entrar en Compostela!

Apenas habíamos dormido; la emoción, como de niños la noche de los Reyes Magos, nos lo había impedido. Sí, al menos, habíamos descansado y nuestras dolencias en las rodillas habían remitido. Y llegó el momento de salir. Las calles de Arca do Pino (nos gusta más esa híbrida denominación) eran un hervidero de peregrinos, cuyos rostros delataban también parecidas sensaciones. El Apóstol, además, nos regaló un tiempo favorable. Nubes y sol y temperatura suave. Enseguida los distintos grupos de peregrinos empiezaron a disgregarse, a separarse manteniendo una prudencial distancia entre ellos. Apenas veinte kilómetros nos separan del objetivo.

Peregrinos en el Monte do Gozo. Al fondo, Santiago

Otra vez suaves subidas y bajadas. Pero nos daba igual, no sentíamos dolor ni cansancio. A los cinco kilómetros llegamos a Cimadevilla y poco después entramos en el Concello de Santiago, último municipio del Camino Francés. Un monolito nos lo indica. Nos fotografiamos allí, dándole al momento el reconocimiento que merece. Después, nos detenemos en San Pelayo, donde hacemos un descanso. Lavacolla y su arroyo, donde la tradición nos cuenta que los peregrinos se aseaban antes de entrar en Santiago, marcan el punto de inflexión en cuanto a la dureza de la etapa. Ciertamente, comenzamos la que será, probablemente, la última cuesta, la que nos lleva hasta las inmediaciones del aeropuerto. Inevitablemente miramos los aviones aterrizar y despegar. Y volvemos a reflexionar sobre cómo ha progresado, materialmente, la humanidad desde que comenzó la milenaria ruta. Aeronaves, teléfonos móviles, televisiones, ordenadores portátiles, cámaras fotográficas, asfalto, automóviles, medicinas para todos, ropas y equipos especiales. Y tantas cosas más. Enfrente, un bordón, un humilde zurrón y una pobre vestimenta. Y la vieira, claro. En lo espiritual, en lo moral, sin embargo, no estamos tan seguros del progreso.

Entrando en la ciudad

Y, entre tanto, ya estábamos a las puertas del Monte do Gozo. Para ser sinceros y, sin olvidar el significado que tiene el lugar, hemos de reconocer que, pese a lo esperado, nosotros no fuimos capaces de ver desde allí las torres barrocas de la catedral compostelana. Parece que la vegetación de algunas fincas privadas ha crecido lo suficiente para impedir su visión. Pero no nos importa, las torres, ahora sí, están allí. Y nos están esperando.

Todos aceleramos. Se ve un nudo de carreteras y autopistas. Y polígonos industriales. Un cartel de madera con las, al parecer inevitables pintadas, nos indica que entramos en Santiago.

Ya sólo queda entrar en la ciudad y llegar a la Plaza del Obradoiro. Detrás, habrán quedado más de 700 kilómetros de alegrías y tristezas; de campos y ciudades; de frío y de calor; de lluvia y de sol; de esforzadas cuestas y de plácidas travesías; de prudencia y de osadías; de arte, de gentes, de experiencias.
M & JF

lunes, 19 de julio de 2010

Francisco Rozados "Rochi": Cantar da muller labrega

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A muller labrega foi pai e nai a un tempo nos nosos fogares onde o home emigrou. Ela criou os fillos, coidou os vellos e traballou arreo no agro. Foi quen mantivo vivas as tradicións e quen as transmitiu ós herdeiros. Merece todas as homenaxes que se lle fagan. En Forcarei e na Terra de Montes xa puxemos o noso baguiño coa estatua que a enxalza na rotonda das Maleitas, obra do escultor Magín Picallo. Este cantar quere proseguir ese camiño e axudar a minguar unha débeda que xamais quedará saldada de todo.

Tes a pel queimada polo sol, muller
Os labores son infindos
E a calor cruel.
Pero os nenos han comer
E han de medrar co teu pan,
Muller labrega, pai e nai.

O home lonxe e os pais vellos
E os rapaces por criar.

Tes as mans feridas de sachar, muller
Os pesares son seguidos
E o vagar non vén.
Os teus vellos han morrer
Nas túas mans morrerán
Muller labrega, pai e nai.

O home lonxe e os pais vellos
E os rapaces por criar.

Tes a alma en pena de sufrir, muller
Os praceres son cativos
Nun vivir de fel.
O teu home ha de volver
No tempo de se enterrar
Muller labrega, pai e nai.

O home lonxe e os pais vellos
E os rapaces por criar.

Tes os ollos negros de chorar, muller
Xa medraron os meniños
E han marchar tamén.
Eses ollos han de ver
Negra soidade no lar
Muller labrega, pai e nai.
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Muller labrega, pai e nai...
Muller labrega, pai e nai...

Francisco Rozados "Rochi"

P.S.: O outro día, na Casa de Galicia de Madrid, tiven a oportunidade de asistir a presentación da XXXI Festa do Gaiteiro de Soutelo, e alí, pido perdón a todos por a tardanza, conocín tamén a sensibilidade profunda de Francisco Rozados "Rochi". Algo sabía eu das súas capacidades humans e artísticas e da súa conexión coa terra, pero non estaba valorando na xusta medida a este gran home, a este xenio de língua, a este paisano que desde agora, con xusticia, ocupará un lugar de honra no meu corazón. A trancripción de estes versos sobre as nosas nais dino todo sobre a súa capacidade de ler nos corazóns das persoas (sinto non poder acompañalos coa música que él mismo compuxo para cantalos). Gracias, Rochi, e gracias alcalde por traernos hasta aquí o sentir de Galicia.
Pepe Cerdeira

P.S.2: Nun dos comentarios que podedes ler debaixo, "Rochi" ten a amabilidade de darnos este enderezo onde poder escoitar o cantar. Gracias unha vez máis:
(http://www.forcarei.com.es/Arquivos/musica/chorovia%20na%20moucarria/Track05.mp3)

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 28: de Arzúa a O Pedrouzo / 19 kms

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Despidiéndonos de Arzúa

Más lluvia. Había llovido mucho durante la noche y al amanecer lo hacía más suave. Primer dilema: ¿chubasquero o capa? Optamos por el primero y ya veremos. Salimos de la ciudad por la misma carretera nacional que la atraviesa y enseguida comienzan las cuestas. Nos despedimos de Arzúa desde un alto. De nuevo comienzan los toboganes, las subidas y las bajadas, las pistas de tierra y de asfalto, los cruces de carretera y el tránsito por incontables aldeas. Barro y charcos nos dificultan la marcha. No importa. Santiago está ahí mismo, nos decimos. Muchos peregrinos, la mayoría ibéricos, españoles o portugueses que se hacen notar. En Melide la ruta francesa recibe los caminantes del llamado Camino Primitivo y en Arzúa son los peregrinos del Norte los que se unen a nosotros.

Una pequeña molestia en las rodillas nos recuerda los muchos kilómetros ya recorridos, los continuos cambios de ritmo, y también, por qué no decirlo, la alta velocidad que llevamos. Es que Santiago está ahí mismo, cómo no vamos a correr. En Burres abandonamos el concello de Arzúa y entramos en el de O Pino, último municipio antes de Santiago. Vuelve la intensa lluvia y algunos deciden ponerse la capa. Apenas descansamos, las rodillas nos siguen avisando.

Capas y chubasqueros en otra etapa lluviosa

Siguen los prados y los bosques, mayoritariamente de eucaliptos, que dejando al margen polémicas sobre su conveniencia ecológica y forestal, impregnan el aire con un agradable aroma. En Boavista nos incorporamos a un grupo de peregrinos que deliberan sobre la posibilidad de alargar la etapa y llegar hoy al Monte do Gozo, dejando para mañana la triunfal y fácil entrada en Santiago. Algunos se atreven, otros optamos por mantener el plan o más bien fueron nuestras rodillas las que tomaron la decisión. Recordamos las consecuencias que tuvieron algunas osadías en etapas pasadas. No. Además, hay un cierto aire de competición que nos desagrada. Santiago de Compostela no se consume, no se gasta, es eterno. Mañana también estará ahí. ¿para qué las prisas? Una cosa es llevar una buena velocidad animados por ver tan próxima la consecución del objetivo y otra muy distinta entrar en una carrera sin sentido. La mayoría, justo es decirlo, participaron de nuestro criterio.

¡Qué cerca está Santiago!

En A Rúa, el mojón nos indica 19 kilómetros a Santiago. Ya nos dijeron que había un ligero error a la baja, pero en todo caso, la etapa está concluyendo. Nos acercamos a O Pedrouzo, de la parroquia de Arca, Concello de O Pino. Algunas informaciones mencionan indistintamente las tres denominaciones y causan cierta confusión. Al llegar a la población, buscamos y encontramos alojamiento. Preguntamos a quien nos acoge el nombre de la población. Nuestra hospitalera sonríe. Unos lo llamamos de una manera y otros lo llaman de la otra. No nos quedamos muy convencidos pero la carcajada fue sonora. En O Pino-Arca-O Pedrouzo sellamos nuestras credenciales e hicimos un largo y necesario descanso antes de la etapa final. El sueño está cerca de hacerse realidad. La promesa y el objetivo, muy próximos a cumplirse. Las rodillas, también muy cerca de decir basta.
 M & JF

Soutelo soa con forza en Madrid

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A gaiteira Andrea Porto -na imaxe- e o gaiteiro Pablo Devigo puxeron a nota musical do acto

A Casa de Galicia acolleu unha concorrida presentación da Festa do gaiteiro cunha actuación especial do músico Pablo Devigo e un cartel promocional comestible... (seguir lendo...)

domingo, 18 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 27: de Palas de Rei a Arzúa / 29 kms

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Vadeando el arroyo

Otro día lluvioso en Galicia. Tenemos por delante una significativa etapa. Por la distancia a recorrer, por encima de lo recomendado pero también porque en ella entraremos en la última provincia del Camino Francés, La Coruña. Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León y Lugo ya iban a ser historia. Así que manos a la obra. Bajo la lluvia recorremos los primeros kilómetros. Algunas corredoiras están encharcadas y unas losas ayudan a vadear los arroyos que las inundan. Pronto llegamos a San Julián del Camino que tiene una preciosa iglesia románica del siglo XII.

Otra vez los toboganes, suaves subidas y bajadas que nuestros colegas los ciclistas llaman rompepiernas, ya que cuando los músculos parecen haberse acostumbrado a la subida, la bajada los enfría de nuevo. Y vuelta a empezar. Algo parecido nos ocurre a los caminantes. Pero así de hermosa es Galicia y mantener esa opinión nos ayuda a superar esas leves dificultades.

Iglesia de San Xulián do Camiño

En O Coto cambiamos de provincia. Ya estamos en Coruña. Queda muy poco a Santiago. Bueno, poco relativamente. Poco si lo comparamos con los más de 700 kilómetros recorridos para llegar a Melide donde entramos tras pasar Furelos. Y allí nos esperaban dos gratas sorpresas. Una; cuando el grupo de peregrinos en que más o menos nos integramos se dirigía hacia el centro de la ciudad y pasamos por la puerta de una pulpería, su dueño nos ofreció probarlo gratuitamente. Era bastante temprano y más apetecía un café, pero tanto insistió el hombre que accedimos. Y tenía razón. No sólo lo probamos sino que además nos quedamos allí todos a almorzar caldo gallego y pulpo, ambos magníficos. Con ello se trastocaron un poco los planes horarios pero mereció la pena.

La otra; en pleno centro de Melide existe, frente a la iglesia del Sancti Spiritus, una especie de bulevar cuyo suelo está adornado con estrellas en cada una de las cuales figura el nombre de un ilustre miembro de la Orden del Camino de Santiago, muy vinculada a la Ruta y a la propia localidad. La casualidad, bendita casualidad, hizo que nuestra mirada fuese a fijarse precisamente en una de ellas, la dedicada a D. Feliciano Barrera, editor de El Correo Gallego y firme promotor del Camino de Santiago. Desde este humilde diario testimoniamos nuestra admiración por su ingente labor empresarial y de mecenazgo cultural y defensa de Galicia y nuestro agradecimiento por permitirnos formar parte pequeñita de su equipo de colaboradores.

Con la fuerza del caldo y el pulpo y la emoción transformados en energía, acometimos la última parte de la primera y larga etapa coruñesa. Eucaliptos, robles, pinos y castaños se alternan, otra vez, con los prados. Carballal y Boente, Figueiroa y Castañeda, donde estaban los hornos de cal en que los peregrinos entregaban las piedras recogidas en la etapa de Triacastela, Ribadiso y Rendal, entre otras, nos ponen en las puertas de Arzúa, a la que llegamos después de una interminable subida y que atravesamos, muy cansados pero con enorme ilusión, por su calle principal, en realidad, un tramo de la carretera nacional 547.
M & JF

viernes, 16 de julio de 2010

Apuntes Jacobeos: Oficios catedralicios

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Tiraboleiro

4.8.- Oficios catedralicios. Entre los numerosos cargos y oficios relacionados con la catedral compostelana hay unos cuantos que ejercen sobre nosotros una atracción especial, quizá por cierto desconocimiento de cuál es su ocupación exacta, quizá por la sonoridad de sus nombres. Veamos.

El arqueiro. El origen de la palabra parece estar claramente relacionado con el término arca, un cajón normalmente de madera para contener objetos de valor. De ahí el término contable arqueo con el significado de contar, comprobar lo que hay en la caja o arca.

En la catedral compostelana, el arca de la que deriva el nombre de arqueiro, estaba situada fuera de la Capilla Mayor, del lado del Evangelio, junto a la imagen de Santiago Alfeo. En ella se iban depositando las ofrendas que el arqueiro custodiaba. Pero parece que al lado de este vigilante se colocaba otro clérigo, subido a la propia arca, encargado de estimular la generosidad de los devotos. Arqueiro y acompañante iban provistos de sendas varas con las que, anunciada la indulgencia por el canónigo correspondiente, tocaban al peregrino y le sugerían la conveniencia de hacer algún donativo de tipo material.

En el arca se depositaban únicamente los donativos anónimos, mientras que los nominales y los procedentes de personajes ilustres se consignaban en libros y registros especiales. El arqueiro permanecía siempre junto a su arcón, por lo que no era necesario recorrer la iglesia con esas bolsas negras que se utilizan hoy en día para invitar a los fieles a la generosidad, ni las calles, que se recorren en la actualidad por niños o mayores solicitando donativos para cualquier causa noble. Sin embargo, el servicio prestado por los bancos, con la apertura de cuentas destinadas a servicios de ayuda para causas especiales, hicieron innecesaria la existencia del tradicional arqueiro, el noble contable recaudador de óbolos y voluntades.

El lenguaxeiro. Este es el nombre que vulgarmente recibía el sacerdote capaz de hablar distintas lenguas. En principio se había dispuesto una parroquia especial para gentes de lenguas extrañas (vascos y extranjeros) en la capilla de la Corticela. Sin embargo, los confesionarios para ellos (pro lingua gállica et hungárica, pro lingua itálica et germánica, etc.) estaban situados en la Capilla del Salvador o del rey de Francia. Allí podían confesarse en su propio idioma por muy extraño que éste fuera.

Fabriqueiro. La palabra tiene su origen en el trabajo cotidiano de quien se ocupaba de mantener, y si acaso mejorar, la fábrica de la Catedral. Fabriqueiro es, por tanto, el canónigo encargado de las obras, el que ha de negociar cada uno de los presupuestos con los arquitectos y maestros de obra y llevar la contabilidad y supervisión de los trabajos.

Tiraboleiros. Se llama así a los encargados de hacer que el turibulum o incensario se columpie de una a otra ala del crucero. Son ocho personas, tradicionalmente hombres, que tiran de los ocho ramales de una cuerda que sube hasta un aparejo situado en lo alto de la linterna. Allí hay unas poleas que convierten el movimiento de vaivén de la cuerda de la que tiran los tiraboleiros en un movimiento oscilante que hace columpiarse al enorme incensario. El movimiento de los tiraboleiros requiere una perfecta sincronización por lo que uno de ellos se encarga de marcar el ritmo de forma continuada.

La profesión de tiraboleiro estaba, como otras muchas, reservada a los hombres, pero hoy ese mito ha caído y ya tenemos mujeres tirando de la robusta maroma que sujeta y hace balancear al grandioso sahumerio.

El pertegueiro. Según Federico Pomar, se denominaba con el título de pertegueiro al ministro secular que, en las iglesias catedrales, acompañaba a los oficiantes llevando una pértiga guarnecida de plata. El pertigueiro era el encargado de abrir paso y de hacer cumplir las normas dentro, e incluso fuera, de la Catedral. Sin embargo, el cargo se fue convirtiendo en algo honorífico, en un cargo para nobles e infanzones.

Es posible, nos dice el citado Pomar, que aquellos pertegueiros acabaran por convertirse en esos portadores de varales que preceden al Cabildo o al conjunto de oficiantes en las ceremonias catedralicias, vestidos con largo manto o capa ornada, con una a modo de esclavina de la misma pieza que llegaba hasta la cintura y que, según recuerdo del pasado, llevaban su cabeza cubierta por una peluca con sentido de antigua respetabilidad.

jueves, 15 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 26: de Portomarín a Palas de Rei / 25 kms

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El cruceiro de Lameiro

Última mirada a la Iglesia de San Nicolás y al nuevo Portomarín. Moderno, pero precioso. Lo recomendamos vivamente. Cruzamos el arroyo de las Torres, afluente del Miño y uno de sus colaboradores en la tarea de aportar agua al embalse de Belesar. Iniciamos una larga, pero asequible subida, entre bosques de pinos y helechos. La Galicia interior luce esplendorosa en días como hoy, a ratos nublado, a ratos con un fuerte sol. Sólo los horizontes que dejamos, sobre todo, a nuestra derecha, alimentan nuestro espíritu y nuestro ánimo. El alimento físico nos lo da un sencillo desayuno en el albergue de Gonzar.

Iglesia de San Tirso en Palas de Rei

Nuestro camino sigue jugando a subir y bajar, unas veces por pistas de tierra, otras por asfalto de carreteras secundarias y algunas cruzando con precaución vías de más tráfico. Llevamos ya más de 15 kilómetros cuando entramos en el Concello de Monterroso y nos topamos con el cruceiro de Lameiros, de finales del siglo XVII, singular por su doble cara, una con la imagen de Cristo y la otra con la Virgen de los Dolores. Hacemos allí también un pequeño descanso para afrontar la última parte de la etapa.

Tras Ligonde y Airexe, entramos en el concello de Palas. Verdes prados y “rubias gallegas” salen a nuestro encuentro. Nos referimos, claro es, no vayan a pensar otra cosa, a la apreciada ternera de raza autóctona. Y ya que hablamos de ganado vacuno, al poco llegamos a O Rosario, junto al Monte Sacro, lugar en el que, según la tradición los discípulos del Apóstol amansaron una manada de reses bravas para trasladar el cuerpo del santo. De alguna manera, nos recordó la historia de los toros bravos de Carrión, que hicieron huir al invasor musulmán para evitar el tributo de las cien doncellas. Similares historias o leyendas hemos escuchado en otras zonas de la Ruta, como en La Rioja. Como en muchas zonas de España, más bien de Iberia, en las que son comunes las distintas manifestaciones del culto al toro.

Y así llegamos a Palas de Rei, justo para asistir, en la Iglesia de San Tirso, a la Santa Misa que ofició su párroco y que más bien fue una Misa del Peregrino, habida cuenta de la afluencia de éstos y de las continuas alusiones de su oficiante al Camino de Santiago y su significado religioso. Como recuerdo de Palas y su iglesia nos queda, además, el sello en nuestra credencial.


M & JF

martes, 13 de julio de 2010

Presentación na Casa de Galicia da XXXI Festa do Gaiteiro en Soutelo de Montes

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Casa de Galicia, 15 de xullo, 20:00 horas
¡Estades invitados, non faltedes!
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lunes, 12 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 25: de Sarria a Portomarín / 22 kms

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Cielo nublado al salir de Sarria

Hoy ha tocado lluvia. Como es habitual en Galicia, a día soleado sigue día nublado. Claro, que eso es garantía de verdor y de vida, de hierba que nace en el valle a golpes de sol y de agua, como diría el conocido cantautor. Y equipados para lluvia comenzamos la etapa en Sarria, junto a la estación de tren. Allí nos concentramos muchos grupos de peregrinos y recordamos que la localidad es el habitual punto de partida para aquellos que quieren cumplir la peregrinación mínima, los 100 kilómetros. Una fuerte subida nos conduce al Castro de As Paredes, donde un mojón nos indica la distancia, 109 kilómetros. Por cierto, nos avisa un veterano peregrino que la señalización de los mojones no es exacta, ya que debido a las obras, dice, de entrada en Santiago, en realidad nos quedan dos o tres kilómetros más. No importa, pensamos, la aventura jacobea es mucho más que una discrepancia en la señalización, aunque el error sea, digamos, en nuestro perjuicio.

Puente sobre el embalse de Belesar

Poco antes de Barbadelo, en la aldea de Vilei, aprovechamos para secarnos un poco, sacudir los chubasqueros y tomar un café en una especie de bar automático donde en ausencia de personal existen máquinas para cambio de monedas, para cafés, refrescos y algún alimento. Y autoservicio para sellado de credenciales. Nuestro avezado acompañante nos recomienda que sellemos en varias localidades de cada etapa, pues la Oficina del Peregrino en Santiago puede denegar la Compostela si tiene dudas sobre la veracidad del tramo recorrido. Hay quien trata de engañar y de engañarse yendo en coche a la localidad de cabecera y a la de llegada y le ponen ambos sellos en su credencial y tan contento que se queda, nos dice. No entendemos cómo alguien puede ser capaz de falsear su credencial. ¿A quién quiere engañar? ¿ante quién quiere exhibirse? El Apóstol y Dios y la conciencia de cada uno (¿o es lo mismo?), saben quién ha hecho el esfuerzo y quién no. Pero como también valoramos la obtención de la Compostela y no nos gustaría nada quedarnos sin ella, le hacemos caso. El problema es que las casillas libres de nuestras credenciales se nos están agotando y no podemos sellar en todas las localidades por las que pasamos. Solución, además de sellar dos veces en la cabecera y final de cada etapa, también pondremos sellos de localidades intermedias en unas hojas adicionales.

Iglesia de San Nicolás, en Portomarín

En fin, que con esa preocupación seguimos nuestro camino. Suaves ascensos y descensos se suceden en la ruta, a modo de toboganes. La vista del horizonte después de cada ascenso nos da referencias del perfil de la etapa. Pero hay un descenso algo distinto, más largo y la siguiente loma se nos antoja algo más lejana. Naturalmente; estamos llegando al padre Miño, el río de Galicia, que cruzamos por el puente sobre el embalse de Belesar, en cuyo fondo reposa sumergido el viejo Portomarín, cuya preciosa iglesia de San Nicolás, ejemplo de románico lucense, fue trasladada piedra a piedra a mediados del siglo pasado hasta su actual emplazamiento en lo alto del nuevo pueblo. Para nosotros, un ejemplo de compatibilidad entre desarrollo y respeto por la historia, el arte y la cultura. Por lo demás, el nuevo Portomarín se yergue sobre el Miño, exhibiendo sus blancas galerías y fachadas y acogiendo al peregrino con una múltiple oferta de establecimientos y albergues. Muy bien, un diez.
M & JF

domingo, 11 de julio de 2010

Apuntes Jacobeos: La Compostela

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Texto de la "Compostela": El Cabildo de esta Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana custodio del sello del Altar de Santiago Apóstol, a todos los Fieles y peregrinos que llegan desde cualquier parte del Orbe de la Tierra con actitud de devoción o por causa de voto o promesa peregrinen hasta la Tumba del Apóstol, Nuestro Patrón y Protector de las Españas, acredita ante todos los que observen este documento que: D. …………… ha visitado devotamente este sacratísimo Templo con sentido cristiano (pietatis causa). En fe de lo cual le entrego el presente documento refrendado con el sello de esta misma Santa Iglesia.

Dado en Santiago de Compostela el día.........mes...............año del Señor..........
El Canónigo Diputado para los Peregrinos

4.7.- La Compostela es la certificación oficial de haber realizado el Camino. Por ello, no es tanto un símbolo de peregrinar como de haber peregrinado. Pero el matiz es poco importante, y pasado el tiempo, la compostela forma parte del atuendo que el peregrino guarda con esmero junto al bordón, la calabaza y el resto de símbolos distintivos.

Credencial del peregrino

La Compostela es concedida por la catedral de Santiago, a través de la oficina del peregrino, con independencia de que sea o no año Santo, y tras comprobar que se han recorrido, al menos, 100 kilómetros a pie o a caballo, o 200 kilómetros en bicicleta. Para poder acreditar el recorrido, se deben obtener los sellos o firmas de parroquias, albergues o refugios durante el trayecto, todo ello estampado sobre la cre-dencial del peregrino.

Credencial: páginas interiores

Hoy la Compostela es un título honorífico sin utilidad real; sin embargo, en otros tiempos, la acreditación era fundamental para justificar el viaje en aquellos casos en que así se requiriera por razón de condena, de cumplimentación de deseo testamentario o de cobro si el viaje se había realizado por acuerdo con otra persona.

viernes, 9 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 24: de Triacastela a Sarria / 18 kms.

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Con nuestr amigo Alfredo

Salimos tarde. Teníamos ante nosotros una etapa corta y además, no pasamos buena noche por culpa, pensamos, de los alimentos, en dudoso estado, ingeridos en el bar cuyo nombre no queremos ni recordar. El Concello o la Xunta deberían tomar cartas en el asunto. Y no es sólo nuestra opinión, supimos que otros peregrinos ya se habían quejado de lo mismo. En fin, es mejor olvidar y no permitir que los árboles de los inconvenientes nos impidan ver el bosque de la ilusión, de la superación personal y de todo lo que supone peregrinar a Compostela.


Como tantas veces nos ha ocurrido, también en Triacastela dos posible rutas se ofrecen al peregrino para llegar a Sarria. Una, la histórica, por San Xil, más corta pero con más desniveles. Otra, la artística, por Samos, mucho más llana. Nosotros optamos por la primera. Y comenzamos a andar por pistas entre bosques de castaños, abedules y carballos, ganando altura poco a poco, descansando algo en la Fonte dos Lameiros, antes de coronar el alto de San Xil. Montán, Fortearcuda y Furela son las siguientes aldeas por las que pasa el Camino. En la última hacemos un descanso para tomar un café.


Entre prados y bosques

Con alegría, nos reencontramos con Alfredo, nuestro amigo venezolano, que había salido de Triacastela antes que nosotros. Los bosques de robles y castaños, moteados con verdes prados nos acompañaron por Pintín, Aguiada y San Mamede del Camiño y juntos disfrutamos de la belleza de las sendas y la facilidad de su escaso desnivel.
Fonte dos Lameiros

Ya en Sarria, nos emocionó despedirnos de él. Intercambiamos direcciones de correo y teléfonos, además de sinceros abrazos. Nos dejó lo mejor, su amistad y su ejemplo de afán de superación ante las adversidades. Le recordaremos con el mismo afecto que él nos dio y como además seguro que cumple su promesa, le veremos el próximo año en algún lugar de España.
M & JF

jueves, 8 de julio de 2010

Festival de Ortigueira

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Cita ineludible do verán e un dos referentes mundiais do folk, o Festival Ortigueira tense convertido por méritos propios nun dos eventos musicais máis multitudinarios de toda España. A súa magnitude excede xa o puramente musical, para consolidarse como un espazo libre onde conflúen xentes de todas as tribos chegadas dos máis diversos puntos da xeografía... (mais información en Festival de Ortigueira)

A nosa cofrade Cristina Pato, que actuará mañán venres as 20h


ESCENARIO ESTRELLA GALICIA

Xoves 8 de xullo, 22:00 horas: Noite folk rock
Krêposuk (Bretaña)
Celtas Cortos (Castela León)
Oysterband (Reino Unido)

Venres 9 de xullo, 20 horas
Marful (Galicia)
Escola de gaitas de Ortigueira (Galicia)
Orion (Bélxica)
Cristina Pato + invitados (Galicia)
Afterhours, “The bothy band tribute” (Irlanda)
Qui hi ha? (Cataluña)

Sábado 10 de xullo, 20 horas
Bagad Karreg An Tan (Bretaña)
Chirlo mirlo (Galicia)
Leilía (Galicia)
Anxo Lorenzo Band (Galicia)
Gaelic Storm (EE UU)
Shooglenifty (Escocia)
Rare folk (Andalucía)

Domingo 11 de xullo, 17 horas
PROXECTO RUNAS 2010:
Celtic maze (Madrid), Xabi Aburruzaga (País Vasco) y The Crass (Galicia)

ALAMEDA DE ORTIGUEIRA- ENTRADA LIBRE


"A bondade da auga". Ortigueira

Apuntes Jacobeos: La Figa

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Figa en azabache

4.6.- Las figas o higas. El peregrino ha cumplido ya con los ritos establecidos en la catedral compostelana y, con sus vestimentas renovadas ante la Cruz dos Farrapos y su alma limpia como corresponde a quien acaba de confesar, comulgar y recibir las indulgencias correspondientes, se dirige a callejear por la ciudad. Una nube de vendedores se arremolinan a su alrededor y se dirigen a él en una mezcolanza de todas las lenguas del universo:

-¡Barato, vendo barato! ¡Azabaches, vieiras de plata y de las otras, bordones, sombreros, correas...! ¡Las mejores botas de vino, escudillas de piel de ciervo, hierbas... para el catarro, para la vista, para el estómago...! ¡Todo barato!

-¡Hoy a mitad de precio! ¡Vieiras, conchas de vieira, herbas de namorar, figas, el auténtico amuleto contra la impotencia...!

-¡Figas en azabache, en piedra, en plata...! ¡Más eficaces que la viagra...!

El peregrino se siente aturdido. Con su bordón aparta a los jovenzuelos que tiran de él hacia los distintos tenderetes. Ya dispone de concha de vieira, pero pregunta el precio de alguna de artificio por si estuviera a su alcance y pudiera llevarla como regalo para cualquiera de sus familiares. Mira las vieiras y los numerosos objetos de plata, y aquellos ramilletes de hierbas mágicas, y aquel puño cerrado de forma extraña, con el pulgar que se cuela entre índice y corazón. Con monótona insistencia lucha contra los chiquillos que le empujan, contra los vendedores que hablan su lengua sin que él pueda entenderlos, contra otros peregrinos que intentan adelantarle en la observación de la mercancía.

-¡Figas, azabaches, contra el dolor de estómago, ...

En un momento toma la decisión, suelta los maravedís que le piden y se hace con el negro amuleto de azabache, amuleto que esconde rápidamente en su escarcela mirando hacia los lados por si alguien le observa. Y se va. Contento, pero nervioso. Y es que, en el fondo, no está muy seguro de si aquello es obra del señor Santiago o del mismísimo señor de los infiernos.

miércoles, 7 de julio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 23: de O Cebreiro a Triacastela / 22 kms

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Castaños centenarios en Ramil

Amanece en O Cebreiro. El frío de la madrugada se compensa con un caliente café en un multitudinario desayuno con varios grupos de peregrinos. Por encima del bullicio y el ruido de los cubiertos y las tazas, hay un significativo silencio. Estamos en Galicia. Queda poco, Santiago está a sólo 155 kilómetros. Es posible que las etapas duras o de gran longitud ya sean pasado. Pero queda tan poco que lo que nos preocupa es que un leve tropezón, una inoportuna indisposición o unas inesperadas ampollas pongan en riesgo, tan cerca de la meta, conseguir eso que anhelamos, entrar en Compostela. Así que, nos conjuramos, despacio y con atención.

El paisaje nos ayuda, desde luego. Desde la altura de O Cebreiro, y por encima de las escasas nubes, iniciamos el camino. Los bosques de robles y castaños de la Sierra de O Courel se alternan con los prados y las verdes lomas. El trazado de la etapa es suave, en ligero descenso sólo alterado por los altos de San Roque y de Poio. Las vistas, deliciosas; y el sendero, aunque muy cercano a una carretera, ameno y entretenido. Después de atravesar Hospital y Padornelo, hicimos un descanso en Fonfría, donde una señora de avanzada edad sorprende al peregrino con unas magníficas tortas de leche. Antes de emocionarnos con su actitud nos damos cuenta del excesivo interés en que el peregrino deje su voluntad. No importa, las tortas estaban estupendas y teníamos intención, como siempre, de dejar la nuestra.

Triacastela está ahí abajo...

Después de O Biduedo se inicia un fuerte descenso. Ya estamos en el Concello de Triacastela (¿tres castros? ¿tres castillos?) y la cabecera del municipio se adivina allá, al fondo del valle, protegido por el Monte Oribio. Pero quedan aún siete u ocho kilómetros de recorrido, en continua bajada, que, ¿para qué decir otra cosa? nos machaca las rodillas. Cuidado!, nos dice nuestro Ángel de la Guarda. Y le hacemos caso descansando en Filloval, donde compartimos tregua (y los mismos avisos en las rodillas) con Alfredo, un afable y cordial venezolano con el que tuvimos el placer de compartir un café y platicar. Era su primera visita a España y no encontró mejor modo de hacerlo que peregrinar a Santiago. Maravillado por la riqueza artística que acumulaban tantas localidades desde Roncesvalles y más aún por la profunda carga espiritual y religiosa que advertía en esta milenaria ruta, nos prometió que volvería el próximo año, esta vez con su familia. Se emocionó al conocer la tradición de recoger una piedra caliza de una cantera próxima que más adelante el peregrino entregaba para colaborar en la construcción de la catedral de Compostela (ver: el transporte de piedras). No sabemos si fue el descanso o si fue la conversación con Alfredo, pero lo cierto es que nuestras rodillas habían casi sanado y nos dispusimos a acometer la recta (es un decir) final de la etapa.

Verdes valles cerca del "Alto do Poio"

Triacastela estaba ahí abajo. Y poco después de pasar junto a los centenarios castaños de Ramil, en ella entramos por una calleja donde se ubican la Iglesia románica de Santiago, los albergues y la mayoría de establecimientos privados pensados para el peregrino y el turista. Lamentablemente, uno de ellos, situado a la izquierda del camino y de contundente nombre jacobeo, nos pareció un ejemplo de pésima calidad, vendiendo alimentos en dudoso estado y sobre todo, perjudicando la imagen del Camino, además de la gastronomía y el turismo gallego y español. Sentimos decirlo. Pero también creemos que debemos hacerlo.
M & JF

martes, 6 de julio de 2010

Apuntes Jacobeos: La Vieira

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Vieira usada como decoración por hombres de Neandertal

4.5.- La vieira. Así como el bordón es el símbolo del inicio del Camino, la vieira lo es de su regreso, la confirmación de haber estado allí, en el sepulcro del Apóstol. A este respecto dice el Códice Calixtino:

Hay unos moluscos en el mar próximo a Santiago, a los que llaman vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un marisco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano..., y al regresar los peregrinos de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo... Y continua: ...por lo mismo que los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen las conchas.

Vieira de bronce de época romana (museo de Arles)

El mercado de conchas de vieira era tan lucrativo que Compostela luchó por tener la exclusiva de su comercialización, y acabó por convertirla en una especie de denominación de origen representativa de la visita a la ciudad del Apóstol. Para asegurarse esa exclusividad, pronto aparecieron conchas artificiales, de los más variados materiales, capaces de soportar un marchamo de origen que las identificara como compostelanas. Así el gremio de los cuncheiros se unió al de los plateros en la confección de bellísimos ejemplares fruto de la alta preparación de los artesanos compostelanos y de la competencia habida en tan lucrativo negocio.

Vieira de azabache

Las conchas de vieira se lucían prendidas de la ropa en los lugares más visibles, especialmente en el sombrero y en el pecho, y, una vez de vuelta a casa, se guardaban cuidadosamente, pues se las consideraba dotadas de poderes curativos. Por otra parte, en tanto que justificantes de la peregrinación, se convertían en objetos de prestigio que sus poseedores lucían en los sitios más visibles como eran las puertas de sus casas o, incluso, las lápidas de sus tumbas.


Pero, si bien las conchas de vieira eran las más significativas, no por eso eran las únicas por las que el peregrino sentía atracción. En realidad, había un cierto fetichismo hacia todas las conchas marinas, que acababan colgadas de las vestimentas del peregrino con independencia de su origen o tipo. Quizá, tras la famosa venera, la concha más popular fuera la caracola. De ella se contaban milagrosas virtudes como recoge el siguiente párrafo tomado del libro de Bango Torviso:

Se cuenta que siempre que la melodía de la caracola de Santiago, que suelen llevar consigo los peregrinos, resuena en los oídos de las gentes, se aumenta en ellas la devoción de la fe, se rechazan lejos todas las insidias del enemigo; el fragor de las granizadas, la agitación de las borrascas, el ímpetu de las tempestades se suavizan en truenos de fiesta; los soplos de los vientos se contienen saludable y moderadamente; las fuerzas del aire se abaten.