miércoles, 31 de julio de 2013

Solemne, emotivo y multitudinario funeral por Enrique Beotas


La iglesia de los Sagrados Corazones de Madrid durante el multitudinario funeral. Foto: seixas@lalinpress

Mayra Machado / El Correo Gallego

En la parroquia de los Sagrados Corazones de Madrid se celebró ayer el funeral por el eterno descanso de Enrique Beotas, estrecho colaborador de EL CORREO GALLEGO, fallecido en el trágico accidente ferroviario acaecido en Santiago de Compostela.

En un solemne, emotivo y multitudinario funeral, que se prolongó durante más de una hora, su viuda Ana Campos, su hija Ana y demás miembros de la familia, recibieron las condolencias y muestras de afecto de autoridades y amigos. Acudieron a testimoniar su pésame el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría; el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por representantes de la Delegación de la Xunta en Madrid: el director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal; el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, entre otros muchas personalidades de la política, la cultura, el arte y los medios de comunicación, como los periodistas José María García, Bieito Rubido e Isabel San Sebastián, entre otros.

El Grupo Correo Gallego, al que tan vinculado estaba Enrique Beotas, también estuvo presente; su presidente y editor, Fernando Barrera, acudió acompañado de otros miembros de la familia Barrera, además de consejeros y directivos del Grupo.

La ceremonia religiosa fue cooficiada por el superior provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, Enrique Losada, por el capellán de las colectividades gallegas en Madrid, Andrés Ramos, entre otros sacerdotes. Losada se dirigió a las numerosas personas allí reunidas para rendir homenaje a este genuino representante del periodismo de nuestros días y recordó que cuando la muerte nos arrebata a un ser querido llegan las grandes preguntas, ¿por qué ahora?, ¿por qué a mí? Y qué no es fácil responder a esas preguntas. Dijo además que había que recordar a Enrique como un promotor de amistad y un gran comunicador y que las lágrimas por la ausencia de Enrique no deberían impedirnos ver la luz de su mirada.

Asistieron también destacadas personalidades del mundo empresarial; entre otros, Arturo Fernández, presidente de CEIM; Javier Solano, presidente de la Fundación Mondariz; Julio Fernández, presidente de Filmax; Juan Luis Ardá, director general de TAISA, Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4, el restaurador Manuel Domínguez Carrete, la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, así como directivos y colaboradores del Grupo Quator- Quindici Editores, del que Beotas era vicepresidente y editor.

Hubo asimismo una nutrida representación de las principales colectividades gallegas de Madrid, con las que Enrique mantenía una intensa relación personal y profesional; Carlos de Blas, coordinador de la Enxebre Orde da Vieira; Julio Lage, Francisco Cal Pardo y José Cerdeira, presidente, presidente de honor y gerente, respectivamente, de la Asociación de Empresarios Gallegos de Madrid (Aegama); Carlos Lema Devesa, presidente de la Asociación de Juristas Gallegos de Madrid (Iurisgama); Xulia Buján, secretaria general de la Asociación de Médicos Gallegos de Madrid (Asomega); Irene Fernández, vicepresidenta, y Manuel Seixas Calviño, relaciones públicas y de protocolo del Club de Periodistas Gallegos de Madrid, que dirige Pilar Falcón; y Ovidio Cadenas Queipo, presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas en Madrid (Fagama), además de otros muchos miembros de las citadas asociaciones.

No faltaron tampoco a dar su último adiós a Enrique Beotas miembros de su querida Galicia Sexta Provincia, una iniciativa profesional del periodista fallecido, que él definía como "la hormada por gallegos universales, de nacimiento o de vocación, vivan o no en su tierra natal, que con su trabajo, su solidaridad, su arte, su conocimiento o cualquiera que sea su actividad, aportan su granito de arena a la construcción de una gran patria gallega universal".

viernes, 26 de julio de 2013

Enrique Beotas ha muerto


E.Beotas. Foto: J.Cerdeira.

Entre tanto dolor, Galicia del alma, entre tanto dolor, un dolor muy particular nos embarga: Enrique Beotas, nuestro cofrade de la Enxebre Orde da Vieira, nuestro compañero en la Junta Directiva de Aegama, el más amigo de todos sus amigos, ha muerto.

Como dijo el propio Enrique, lo importante no es reconocer al ser vivo, sino identificar la grandeza del ser humano. En Enrique ya no tenemos a ese ser vivo, pero tenemos la grandeza de una humanidad que nos acompañará siempre.

Descanse en paz el entrañable amigo.

Os invitamos a todos al funeral que por su eterno descanso tendrá lugar el próximo martes día 30 de julio en la Parroquia de los Sagrados Corazones de Madrid (Pseo. de la Habana, 31) a las 20:30 horas. Os esperamos.
El Consello de la EOV



P.S.: El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, presidirá este jueves a las 10 horas en la Catedral de la Almudena una misa funeral por las víctimas mortales del accidente ferroviario ocurrido el pasado miércoles en Santiago de Compostela. (Europa Press).

jueves, 25 de julio de 2013

lunes, 22 de julio de 2013

Apuntes Jacobeos: El milagro de los montes de Oca


Villafranca de Montes de Oca 

      8.7.- El milagro de los montes de Oca. En el año milésimo centésimo octagésimo de la encarnación del Señor, en tierras francesas, cierto varón tomó esposa, como es costumbre, con la esperanza de tener descendencia que pudiera heredar aquellos bienes que legítimamente había ido juntando. Mas quiso la divina Providencia que por más que frecuentara a su mujer ésta no quedara embarazada. Comenzaba ya el hombre a desesperar cuando se acordó de Santiago de Galicia, de los milagros que hacía y de lo bondadoso que era con quien se dignaba visitar su santo sepulcro. Tomó pues la decisión, se la participó a su afligida esposa, y partió hacia los confines de España.

      En cuanto llegó a Compostela, el buen francés purificó su alma y se postró ante el Apóstol pidiendo con gran fe lo que para él sería el don más preciado del mundo: tener un hijo que pudiera perpetuar su nombre y heredar sus bienes. Tras la súplica quedó el hombre confiado, mas, por si acaso, todavía consultó con su confesor la forma cómo mejor podía cumplir para que la segura ayuda del Apóstol no quedara en nada. Y el sacerdote le recordó la conveniencia de aumentar su sacrificio absteniéndose de contacto carnal con su mujer durante los tres días siguientes a su regreso, penitencia a la que se comprometió el peregrino de todo corazón.

      De regreso a su patria pudo, por fin, abrazar a su mujer que, lógicamente, se había puesto sus mejores galas para, tras la obligada separación, poder atraer a su marido y hacer lo conveniente para tener la descendencia deseada. Trató el marido de apartarse, sin conseguirlo del todo, pues la mujer insistía y se lamentaba de que, durante el tiempo transcurrido, hubiera podido olvidarla. Y el demonio colaboraba en exaltar el deseo de la carne de forma que el virtuoso varón pudiera incumplir lo prometido en Compostela.

      La situación se volvió muy difícil, y no se hubiera resuelto convenientemente si no fuera porque, en un momento de lucidez, el atormentado marido se decidió a encerrarse en una habitación y tirar la llave por la ventana de forma que cayera en un montón de paja próximo. Cuando la mujer se acercó con sus lamentos a la puerta, él le indicó que debía buscar la llave entre la paja, cosa que la desconsolada esposa hizo, mas sin éxito hasta pasados los tres días de abstinencia impuestos. Fue así cómo el santo Apóstol ayudó a su devoto, ayuda que fructificó de modo que la esposa quedó encinta y, a su debido tiempo, fue madre de un hermoso niño.

      Nunca olvidaron los agradecidos padres el favor concedido por Santiago y, en cuanto el niño alcanzó los quince años y estuvo en condiciones de emprender un largo viaje, padres e hijo decidieron peregrinar a Compostela para agradecer al Santo su bondad para con ellos.

      Feliz fue su caminar hasta que llegaron a los montes de Oca, pero, una vez allí, el joven enfermó de gravedad y murió. Triste era ver a aquellos desconsolados padres que acababan de perder lo que más amaban en el mundo, cómo lloraban mirando al cielo e implorando clemencia, cómo se hincaban de rodillas negándose a aceptar lo inevitable. La mujer hablaba incluso de dejarse morir para ser enterrada al lado de su hijo amado, mientras el marido, más sensato, se acordó nuevamente del Apóstol Santiago y pensó que si él le había concedido ese don era lógico que, a causa de sus pecados, pudiera quitárselo.

      Ya estaban a punto de enterrar al joven, y aún el pobre padre seguía rezando y confiando en el Apóstol, pues tanta era su fe. Y tanto rezó que, cuando ya las primeras paladas de tierra caían sobre el cadáver, éste se movió, apartó de su cara el blanco sudario y se levantó tranquilamente ante el correspondiente asombro de los presentes. La alegría de los padres era inmensa, la de los vecinos y demás peregrinos venidos para el entierro no se quedaba atrás. Todos rezaban al Apóstol y todos hablaban de su bondad y de su poder.

      Entre tanta alegría, la madre seguía abrazada al muchacho y le preguntaba cómo había podido abandonarla. Y él le contaba cómo había viajado al más allá, cogido de la mano del santo Apóstol, flotando entre luces majestuosas que llenaban su corazón de felicidad. Le explicaba lo a gusto que se encontraba en aquel lugar y cómo su deseo era quedarse y no regresar más al mundo de los vivos. Fue el mismo Santiago quien, ante el dolor de su madre, le pidió el enorme sacrificio de renunciar, aunque sólo fuera por un tiempo, a aquel lugar de completa y eterna felicidad.

      Seguía feliz el padre, mas no así la madre que reprochaba a su hijo la falta de cariño al preferir su propia felicidad a cambio del dolor de ella. Y trataba de explicarse el hijo sin lograrlo, pues la madre le cargaba de reproches. Finalmente, sin que los ánimos de la madre se calmaran, continuaron viaje a Santiago de Galicia y allí, quizá cómo castigo al egoísmo de la madre, el Apóstol quiso que el muchacho profesara en un convento y se quedara hasta su muerte al cuidado de los pobres.


      Fue así como el Apóstol hizo dos milagros: el primero haciendo que naciera aquel hijo tan deseado, el segundo haciendo que volviera a la vida después de muerto. Y esto, que fue realizado por el Señor, es cosa admirable a nuestro modo de ver.

jueves, 18 de julio de 2013

12ª Festa da Vieira de Cambados
















Hoy recordamos: El fallecimiento de Joaquín Loriga Taboada



Joaquín Loriga foi un aviador e militar nado en San Martiño de Prado (Lalín) o 23 de setembro de 1895. Descendente dos Taboada do pazo de Liñares, ilustres militares, seguindo a tradición familiar ingresa en 1912 na Academia de Artillería. Participou na guerra de Marrocos, incorporándose en 1921 ó servicio da aviación militar, logo do seu ascenso a capitán. No seu destino de Melilla coñece a Eduardo González Gallarza, que anos despois o acompañará no voo Madrid-Manila. Polas súa valorosas accións na guerras do Rif, en setembro de 1923 impónselle a Medalla Militar xunto a outros destacados aviadores, entre eles Ramón Franco, Juan de Ortiz e o seu compañeiro Gallarza.
Loriga pilotou no aeródromo de Cuatro Vientos o autoxiro de Juan de la Cierva na súa proba inaugural ata Getafe, en 1926. O mesmo ano, no medio dunha grande expectación, o 5 de abril inicia cos capitáns Esteve e Gallarza o "raid" de Madrid a Manila a bordo de cadanseu aparato "Breguet". Os 18.900 quilómetros de percorrido, cheos de aventuras e avatares, cubríronos en trinta e tres días. Na longa viaxe, Esteve perdeu o seu aparato e Loriga houbo de abandonar o del, avariado en Macao, seguindo viaxe con Gallarza ata Aparri, onde foron clamorosamente recibidos. Aeroplanos do exército dos Estados Unidos acompañaríanos nos últimos quilómetros, entre Aparri e Manila, sendo recibidos por milleiros de nativos e numerosas personalidades; foron nomeados "Fillos Adoptivos" de Manila e recibiron innumerables homenaxes nos trece días de estancia naquelas terras, que tería a súa culminación días despois, ó seu regreso a España.
En 1927 recibe xunto a Franco, Ruíz de Alda e Gallarza a Medalla da Liga Internacional de Aviadores, e atendendo a petición dos seus paisanos, viaxa a Galicia. O 23 de xuño de 1927 aterra co seu avión no Monte do Toxo (Filgueira-Lalín), onde unha multitude entre a que se encontraba o neno Laxeiro acude a recibilo. Pouco despois de regresar a Madrid, atopa a morte no aeródromo de Cuatro Vientos, o 18 de xullo de 1927.
Lalín decide perpetuar a súa memoria, cun monumento obra do escultor Asorey. O 27 de agosto de 1933 inaugúrase nun céntrico parque da vila. A obra reproduce un avión chantado na terra, que simboliza unha cruz, que preside o aviador. Na base, as palabras "España-Filipinas" lembran a xesta deste fillo ilustre de Lalín.

miércoles, 17 de julio de 2013

Hoy recordamos: El fallecimiento de Don Pedro Sarmiento de Gamboa





Tal día como hoy de 1592 fallecía Don Pedro Sarmiento de Gamboa, marino, explorador, escritor, historiador, astrónomo, científico y humanista pontevedrés mientras navegaba frente a las costas de Lisboa.


Primeros años: nacimiento y juventud.
Su lugar de nacimiento es incierto aunque sus más importantes biógrafos sostienen que fue PontevedraGalicia, de donde era su familia paterna; tampoco se sabe con certeza el año de su nacimiento, pero se supone que fue entre 1530 y 1532.
En uno de los juicios que le siguió la Inquisición en Perú declaró haber nacido en Alcalá de Henares hacia 1532, siendo hijo de Bartolomé Sarmiento, natural de Pontevedra, y de María de Gamboa, natural de Bilbao. Algunos historiadores creen que esta declaración de haber nacido en Alcalá de Henares pudo ocurrir durante un viaje circunstancial de sus padres, pues Sarmiento vivió su niñez y juventud en Pontevedra.
Hasta los dieciocho años vivió en la casa paterna, en la pintoresca ría gallega, edad a la que ingresó al servicio militar. Entre1550 y 1555 estuvo en el ejército al servicio del emperador Carlos I de España. En 1555 cruzó el océano Atlántico y llegó aMéxico donde vivió durante dos años. Poco se sabe de su vida durante este período excepto que tuvo problemas con laInquisición. El proceso surgió a raíz de una parodia de Auto de Fe, organizada por Sarmiento en favor de los sobrinos del Obispo de Tlaxcala; de resultas del mismo fue sentenciado a azotes en la plaza de Puebla y, probablemente, al destierro1 . De ahí pasó a Perú donde vivió durante más de veinte años.

Perú: inicios.

En 1557 llegó a Perú. Se desconocen sus actividades durante los primeros años; pero dadas sus aficiones seguramente los dedicó a completar su formación marinera estudiando cosmografíageografía y náutica convirtiéndose, en notable soldado, experto marino, reputado geógrafo y aventajado perito en astronomía.
En dos oportunidades tuvo que enfrentar a los tribunales de la Inquisición en Lima por sospechas de hechicería. A fines de 1564 gozaba de la reputación de astrólogo, cuando elarzobispo, como inquisidor ordinario, le inició causa de fe, encarcelándolo. Había sido delatado como nigromántico.
El 8 de mayo de 1565 fue condenado por la Inquisición al destierro pero el arzobispo le conmutó la pena para que integrara la expedición al océano Pacífico que finalmente descubriría las islas Salomón.

Descubrimiento de las islas Salomón y Vanuatu.

En 1567 en Lima, los españoles comentaban la leyenda propalada por los incas de que hacia el oeste se encontraban islas llenas de oro. El presidente de la Real Audiencia de Lima, Lope García de Castro, ejercía las funciones de virrey del Perú, cargo que se encontraba vacante. Ante él, Sarmiento de Gamboa y otros comerciantes capitalistas se ofrecieron para descubrir dichas islas. García de Castro decidió armar una expedición que fuera en la búsqueda de estos territorios, ocuparlos y poblarlos. Encargó la dirección de la expedición a su sobrino de veintidos años, Álvaro de Mendaña, y a Sarmiento de Gamboa lo nombró capitán de una de las naves y cosmógrafo y a Pedro de Ortega capitán de la otra.
La expedición compuesta de dos naves con unos 160 hombres zarpó de el Callao el 20 de noviembre de 1567 pero, en lugar de seguir la derrota trazada por Sarmiento, Mendaña la modificó según recomendación del piloto mayor, Hernán Gallego, lo que tuvo como consecuencia que recalaran y descubrieran las islas Salomón en lugar de Australia.
El 7 de febrero de 1568 la expedición llegó a la primera de las islas del archipiélago la que fue bautizada con el nombre de Isla de Santa Isabel. Durante un año exploraron la infinidad de islas del archipiélago en busca de oro. Entraron en contacto con losindígenas que las habitaban, pero Mendaña estaba más interesado en volver a Lima que cumplir el mandato oficial de poblar las tierras descubiertas, para cuyo fin se llevaban armas, ropas, semillas, maderas. La expedición regresó a Perú sin haber cumplido el mandato de poblarlas. Recalaron en el Callao el 22 de julio de 1569.
Sarmiento y Mendaña entraron en públicas recriminaciones sobre la dirección de la expedición y sus nulos resultados por lo que el nuevo virrey, don Francisco Álvarez de Toledo, los llevó ante la Audiencia de Lima para que expusieran sus puntos de vista. En estos alegatos Sarmiento impresionó al virrey por la claridad de sus argumentaciones, siendo absuelto de todo cargo.

Cosmógrafo general de los reinos del Perú.

En 1570 el virrey Francisco Álvarez de Toledo, dedicado a institucionalizar el gran virreinato y someterlo definitivamente a la soberanía de los monarcas de Castilla, quiso probar que los incas reinantes en Perú a la llegada de los españoles eran extranjeros, que por la fuerza habían sometido a los naturales del país estableciendo un gobierno tiránico, por lo tanto, España lícitamente había llegado para terminar con tal estado de opresión estableciendo otro régimen destinado a civilizar y convertir a los indígenas a la verdadera religión.
Para conseguir este fin el virrey, acompañado por Sarmiento, al que había nombrado cosmógrafo general de los reinos del Perú, recorrieron el país. Sarmiento entre los años 1570 y 1572 continuó viajando por los poblados tomando declaraciones a los sucesores de los incas y de acuerdo con ellas escribió la “Historia Índica”, obra que se compone de tres partes: la primera consiste en una descripción geográfica del territorio, la segunda, la historia de los incas, y la tercera, el descubrimiento y conquista por los españoles hasta el año 1572.
El trabajo le sirvió al virrey para centralizar los aspectos esenciales de la administración general del país y establecer las bases de lo que sería el sistema virreinal en el Perú.

Mapa


Expedición contra Francis Drake.

En 1577 la reina Isabel I de Inglaterra encargó al marino inglés Francis Drake, al que le otorgó patente de corso, la organización de una expedición contra los intereses españoles en la costa americana del Pacífico. Drake zarpó del puerto de Plymouth el 13 de diciembre de 1577 a bordo del Pelican, con otras 4 naves y 164 hombres.
A finales de agosto de 1578 Drake recaló en el estrecho de Magallanes tras haber perdido todos sus barcos, excepto el Pelican y varios hombres en distintos enfrentamientos con los indios patagones. En la ruta rebautizó su barco como Golden Hind. A su paso por las costas de Chile y Perú atacó numerosos navíos españoles y los puertos de ValparaísoCoquimboArica y Callao.
Los ataques de Francis Drake a las costas americanas del Pacífico causaron muchos daños a los españoles por lo que el virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo]], equipó dos naves que puso bajo el mando de Pedro Sarmiento de Gamboa y las envió a perseguir y capturar al corsario inglés pero éste ya había abandonado la zona. Los españoles no lograron alcanzarlo y regresaron al Callao.

Exploración de los canales patagónicos y del estrecho de Magallanes.
En 1579, al regreso de Sarmiento de Gamboa, el virrey le ordenó alistar dos naves para que explorara el estrecho de Magallanes en búsqueda de lugares adecuados para asentar población y fuertes con artillería para cerrar esa ruta a los enemigos de España.
Las instrucciones del virrey, que Sarmiento juró cumplir, fueron explorar detenidamente los canales de la Patagonia y el estrecho de Magallanes. Levantar cartas geográficas de los lugares que reconociesen. Averiguar si los ingleses habían establecido asentamientos en alguna parte y estudiar los lugares en que se podrían establecer fuertes. Prudencia con los habitantes que encontrara excepto con Francis Drake, al que debería presentarle combate y prenderlo vivo o muerto si se topaba con él.
Sarmiento zarpó del puerto de El Callao el 11 de octubre de 1579 con dos naves bien equipadas y pertrechadas. La “Nuestra Señora de la Esperanza” bajo su propio mando y con el título de capitán superior y el “San Francisco” bajo el mando de Juan de Villalobos con el título de almirante. Para avanzar más rápido hacia el sur siguió la ruta descubierta años antes por el marino Juan Fernández.
El 17 de noviembre las naves se encontraban en latitud 50° sur frente a la entrada a un canal que corría en dirección SE y que a Sarmiento le pareció podría ser la boca del Estrecho y que bautizó como “golfo de la Santísima Trinidad”. Los expedicionarios estuvieron alrededor de dos meses levantando y recorriendo la infinidad de islas y canales y tomaron posesión de esas tierras en nombre del rey de España. Volvieron nuevamente al océano Pacífico.
El 21 de enero de 1580 las naves se separaron debido a una fuerte tormenta. Villalobos fue arrastrado hasta latitud 56° sur y en cuanto el tiempo se lo permitió regresó al norte pues ya no tenía víveres, recalando en Valdivia a mediados de febrero.
Sarmiento también fue arrastrado por los temporales hacia el sur y logró virar hacia el norte, reconociendo la punta NO de la isla Desolación que llamó cabo Espíritu Santo y que en las cartas actuales figura como cabo Deseado, fondeando a fines de enero de 1580 en puerto Misericordia. Avanzó por el Estrecho, que él llamó estrecho de la Madre de Dios, fondeando y levantando las costas, pasos y angosturas. El 13 de febrero estuvo fondeado en puerto del Hambre y el 24 de febrero del mismo año salió finalmente al océano Atlántico dirigiéndose a España con el propósito de presentar al rey un proyecto para la defensa del Estrecho.

Expedición de poblamiento del estrecho de Magallanes.

El rey Felipe II de España aprobó el proyecto de establecer un fuerte en el estrecho de Magallanes con el propósito de asegurar el control y dominio de ese paso estratégico del Virreinato del Perú, encargándole al Consejo de Indias planificar la expedición para poblarlo y fortificarlo.
España armó una expedición compuesta por aproximadamente 2.500 hombres, los que embarcó en 23 naves las que puso bajo el mando de Diego Flores de Valdés. El rey nombró a Sarmiento, gobernador y capitán general del Estrecho. En la expedición también se embarcó Alonso de Sotomayor, designado gobernador de Chile, y su tropa.
La expedición zarpó de San Lucar de Barrameda el 25 de septiembre de 1581 pero un temporal a los pocos días le hundió cuatro naves por lo que el 9 de octubre regresó al puerto de Cádiz para reparar otras. El 9 de diciembre de 1581 volvió a hacerse a la mar con 16 navíos rumbo a Río de Janeiro. En la ruta pararon en una de las islas de Cabo Verde en la que permanecieron hasta el 2 de febrero de 1582. Allí, la expedición sufrió bajas por muertes y deserciones. Arribó a Río de Janeiro el 25 de marzo del mismo año y se detuvo allí seis meses en espera de mejores condiciones de tiempo; nuevamente perdió gente por fallecimientos y fugas.
El 2 de noviembre de 1582 zarparon hacia el Río de la Plata. En Buenos Aires el gobernador Sotomayor desembarcó su tropa pues había decidido continuar a Chile por tierra. Diego Flores de Valdés, con cinco naves, llegó el 17 de febrero de 1583 hasta la entrada del Estrecho, pero el mal tiempo le impidió ingresar en él por lo que regresó a Río de Janeiro y luego continuó a España.
Sarmiento se quedó en Río de Janeiro, asumiendo el mando de las naves con las que intentaría un nuevo viaje al Estrecho. Una vez reorganizados, el 2 de diciembre de 1583, zarpó con cinco naves y 538 expedicionarios. El 1 de febrero de 1584 logró entrar al Estrecho llegando hasta la Segunda Angostura pero luego fueron empujados por la corriente y el viento hasta el cabo Vírgenes. Allí, Sarmiento desembarcó el 4 de febrero de 1584 y procedió a tomar posesión de esas tierras en nombre de España, habían transcurrido más de dos años y medio desde su zarpe de España. El 11 de febrero de 1584 Sarmiento procedió a fundar la Ciudad del Nombre de Jesús, la primera y más austral ciudad del mundo en esa época, a tres kilómetros de lo que hoy es el cabo Vírgenes, en el actual territorio de Argentina. El mal tiempo obligó a cuatro de las naves dejar su fondeadero y regresar al Atlántico y luego a España quedando Sarmiento solo con la Santa María de Castro para el servicio de los 338 pobladores de la ciudad.
Sarmiento se dio cuenta que el lugar no podría albergar tantas personas por lo que decidió fundar otra ciudad que alojaría a la mitad del total de los pobladores. Envió la Santa María de Castro con 50 pobladores hacia el lugar en que él había estado en 1580, punta Santa Ana, y él con otros cien hizo el camino por tierra. El 25 de marzo procedió a fundar en punta Santa Ana la ciudad Rey Don Felipe, cercana a la actual Punta Arenas, hoy Chile. El 24 de mayo zarpó hacia Nombre de Jesús y luego de un tiempo decidió regresar a España en búsqueda de víveres para sus poblados. El 29 de junio arribó al puerto de Santos donde las autoridades le proporcionaron víveres y elementos para sus colonias.
Zarpó hacia el Estrecho pero a la altura de Bahía un temporal destruyó la Santa María de Castro que se hundió con toda su carga. Sarmiento y algunos tripulantes se salvaron logrando llegar a la costa. El 3 de octubre logró regresar a Bahía cuyo gobernador lo ayudó una vez más regalándole una embarcación pequeña de 60 toneles en la que volvió a cargar víveres para sus dos poblaciones y el 13 de enero de 1585 zarpó nuevamente en dirección al estrecho de Magallanes. Otra vez una tempestad le hizo arrojar al mar toda la carga para poder salvar la embarcación y regresar a Bahía, puerto en que sus tripulantes se negaron a continuar embarcados.
El 22 de junio de 1586 emprendió el regreso a España en una nave mercante. En el viaje la nave fue atacada por tres buques ingleses de la flota de Walter Raleigh. Hecho prisionero fue conducido ante la reina Isabel I de Inglaterra quien, luego de interrogarlo, lo dejó en libertad encomendándole una misión que transmitir al rey de España. El 30 de octubre de 1586 Sarmiento inició el regreso a España; pasó por París y cuando llegó a la frontera con su patria, el 9 de diciembre del mismo año, fue capturado por los hugonotes quienes lo encerraron en la prisión de Mont de Marsan y pidieron un elevado rescate por su libertad. Inicialmente Felipe II se negó a pagar rescate por él, pero finalmente, en diciembre de 1589, el monarca firmó una cédula en la que ordenó el pago del rescate. El fiel vasallo regresó a su patria después de estar casi diez años fuera de ella.
El fracaso de la expedición al Estrecho hay que buscarlo en la inexperiencia y falta de capacidad como organizador de Flores de Valdés, pero más que nada en la carencia de un apoyo naval eficiente y en la inclemencia del mar y del clima austral.

Almirante de la flota de Indias.

A su llegada a España, Sarmiento continuó pidiendo socorros para la gente del Estrecho, pero Felipe II ya había decidido desentenderse de ese problema. Como una forma de compensar los servicios y desvelos con la Corona en 1591 le nombró almirante de una de las Armadas encargadas de proteger las naves de la flota de Indias.
El 17 de julio de 1592, falleció mientras dirigía una flota cerca de la capital portuguesa. Sus restos se sepultaron en un ignoto sitio de Lisboa.

Legado

La admirable descripción del golfo de la Trinidad y del estrecho de la Madre de Dios, las recomendaciones para la navegación de los canales patagónicos y del estrecho de Magallanes han sido ensalzadas por lo hidrógrafos modernos que han trazado las cartas definitivas, entre ellos el vicealmirante Fitz Roy.

La obra de Sarmiento tiene dos características: su variedad y cantidad. 1 historia, 10 relaciones, 5 memoriales, 17 cartas, poesías y otro escritos conocidos o desafortunadamente desaparecidos son su legado. En ellas emplea un rico vocabulario, viveza en el lenguaje y una gran capacidad descriptiva.
No existe a comienzos del siglo XXI un estudio completo sobre su obra literaria, no porque no haya interesado sino que el azar ha ocultado hasta ahora datos y obras. Recién en el siglo XX se descubrió su “Historia Índica” lo que impulsó nuevas investigaciones y búsquedas.
Finalmente hay que destacar su habilidad como navegante y sus inquietudes culturales. Poseedor de un vasto saber náutico, su facilidad con la pluma denotan el contacto con un foco cultural de primera línea, se recuerda su conversación con la reina Isabel en latín.

A Casa de Galicia celebra o Día de Galicia cun acto solemne ao que asistiron máis de duascentas personas


Os galardonados no Día de Galicia

A celebración estivo presidida por Alfonso Rueda, quen destacou o labor de difusión da identidade dos emigrantes alá onde van

Madrid, 16 de xullo de 2013
 O vicepresidente da Xunta e conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, presidiu hoxe na celebración do 'Día de Galicia' en Madrid, onde incidiu no "importante labor que levan realizando os emigrantes galegos difundindo a cultura e identidade alá onde van" e valorou o traballo de 12 personalidades vinculadas coa cultura galega que recibiron distincións.
Nesta liña, Alfonso Rueda eloxiou o labor das 12 personalidades que foron galardoadas hoxe por distinguirse pola súa colaboración e afecto coa Casa de Galicia en Madrid, á fronte de ámbitos como o político, o xudicial, universitario, diplomático ou cultural, e por tanto por manter vivo ese punto de conexión permanente con Galicia. O vicepresidente fixo mención á contribución que está a facer a marca Galicia ao país como conxunto de responsabilidade, rigor e traballo, elementos fundamentais para saír da crise actual.

Os galardoados foron o embaixador da República Federal de Alemaña en España, Reinhard Silberberg; o alcalde do concello de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa Gardoqui; o ex- xefe da Casa Militar da S.M. o Rei, o almirante Antonio González-Aller; o concelleiro- presidente do Distrito Moncloa - Aravaca, Álvaro Ballarín; a concelleira- presidenta do Distrito de Tetuán, Paloma García Romeu; o catedrático de Dereito Romano da UNED, Federico Fernández de Buján; o presidente do Centro Galego de Madrid, Fernando de Castro López; o ex- presidente e maxistrado do Tribunal Constitucional, Pascual Sala; a viceconsejera de Ordenación Sanitaria e Infraestruturas da Comunidad de Madrid, Belén Prado Sanjurjo; a finalista do premio Planeta, xornalista e columnista Marta Rivera de la Cruz; o director xeral de Migracións do Ministerio de Emprego e Seguridade Social, Aurelio Miras Portugal; e o maxistrado e vogal do Consello Xeral do Poder Xudicial, Manuel Almenar Belenguer.

Pola súa banda, o director da Casa de Galicia en Madrid, José Ramón Ónega, sinalou que na institución que dirixe consideran "a solidariedade e a amizade un patrimonio irrenunciable", algo esencial porque os galegos ocupan na capital de España "un espazo, unha actividade relevante e un destino". "E non só porque haxa importantes galegos exercendo nas esferas política, relixiosa, empresarial, de comunicación e outras, sobre todo, porque os galegos souberon alcanzar un posto destacado na Historia, un sólido espazo entre os pobos de España," engadiu.

O delegado da Xunta en Madrid fixo tamén un breve repaso polas numerosas actividades celebradas na Casa, cunha axenda que recolle máis dun centenar de actos públicos de tipo cultural, económico, social, empresarial e turístico. "O cultural primou na programación, alcanzando máis dun 60 por cento da actividade total, pero incidimos especialmente no aspecto empresarial, para que a Casa sexa punto de referencia en Madrid para todos os empresarios galegos que queiran e desexen ampliar os seus mercados desde Madrid", dixo Ónega.

O dúo Qitayes, e o himno galego puxeron a parte musical á celebración, á que asistiron máis de duascentas persoas.

Departamento de prensa da Casa de Galicia

martes, 16 de julio de 2013

La leyenda de Peito Burdelo




8.5.- La torre de Peito Burdelo. Todos sabemos que la legendaria batalla de Clavijo tuvo como motivo la oposición del buen rey Ramiro I al pago del llamado tributo de las cien doncellas. Con la ayuda de Santiago, los musulmanes fueron derrotados y de aquel denigrante tributo no quedó sino el triste recuerdo.

      Parece que el tributo había sido pactado por un tal Mauregato, quizá uno de aquellos reyes holgazanes que vendían su pueblo al moro con tal de conseguir la suficiente tranquilidad para dedicarse a su ocupación favorita: la caza; pero no está claro, y es que el nombre Mauregato parece derivar de mouro-capto, o su equivalente castellano moro-capto, referencia a moros cautivos, hechos prisioneros por los cristianos (por cierto, con el mismo origen que el gentilicio maragato, aplicado a cierto pueblo leonés) y eso podría indicarnos que Mauregato era únicamente el guardián del nuevo harén. Sea como fuere, en todo caso, las rapaciñas debían ser buenas mozas, que el moro no era tonto, y pertenecer a las mejores familias del reino galaico-asturiano. Los esbirros reales se acercaban a los pueblos e iban de casa en casa haciendo la oprobiosa leva. Las madres lloraban desconsoladas viendo como sus hijas era sacadas de las casas para ser llevadas a lejanas tierras, y las jóvenes doncellas, entre lágrimas, se rasgaban la cara con las uñas hasta provocarse sangre de modo que parecieran menos atractivas, y se tiraban al suelo oponiendo firme resistencia, lo que no servía de mucho pues eran arrastradas sin piedad.

      Las doncellas eran conducidas a la torre de Peito Burdelo, la famosa torre del oprobio, donde se esperaba hasta el momento de hacer la entrega a los musulmanes. Aquel día, como otros muchos días, se oían desde fuera los desgarradores gritos con que las chiquillas rompían el aire y la paz de los campos, gritos que llegaron a oídos de cinco hermanos que trabajaban en una finca próxima. Los cinco hermanos estaban soliviantados y se preguntaban cómo era posible que el pueblo no se uniera para liberar a las infelices cautivas. Pero los hombres de la zona sabían que si lo intentaban, sus vidas correrían peligro, pues los soldados estaban bien armados, y sus haciendas serían destruidas, y sus mujeres y sus hijas muertas o maltratadas. El miedo se había extendido por doquier y nadie osaba levantar su voz contra tamaña injusticia.

      Pero los cinco hermanos habían dejado de trabajar, y la sangre parecía hervirles dentro de las venas, y sus ojos se enrojecían de ira, y su respiración entrecortada y rápida permitían adivinar lo peor. Y así fue. Como si se hubieran puesto de acuerdo, los cinco al unísono se echaron a correr hacia una higuera próxima, cortaron cinco ramas de las más gruesas que pudieron, y armados con tan endebles armas se dirigieron al castillo, considerado inexpugnable. Pero, a veces, la confianza juega malas pasadas, y aquellos soldados estaban muy confiados en que nadie osaría atacar algo tan bien defendido, y los jóvenes llegaron totalmente por sorpresa, de modo que, pau nun, pau noutro, para cuando quisieron darse cuenta los guardianes, ya habían liberado a las muchachas...

      Todavía hubo que esperar para que se desterrara definitivamente tan oprobioso tributo, mas los chicos de los palos de higuera, os rapaces dos paus de figueira, se hicieron famosos, y el recuerdo de aquella gesta queda hoy reflejado en unos cantares que dicen:

                             nun figueiral figueiredo,
                             nun figueiral eu entrei;
                             sete doncelas topara,
                             sete doncelas topei...

      Y el ilustre linaje de los cinco hermanos, que pasaron a llamarse Figueroa, adoptó como armas las cinco hojas de higuera colocadas en sotuer.

Ver también: San Andrés de Teixido

lunes, 15 de julio de 2013

Hoy recordamos: El fallecimiento de Rosalía de Castro



Tal día como hoy de 1885 fallecía en Padrón Rosalía Castro de Murguía, cumbre de la literatura gallega. En su recuerdo, traemos aquí un escrito de José Antonio Durán, titulado "Rosalía de Castro en Madrid", del que reproducimos los primeros párrafos:
. . . . .
En Galicia, por ejemplo, frente a los incontables escritos que refieren la vida y milagros de las distintas Galicias del mundo, sólo nosotros venimos prestando la atención que merece la más influyente de todas: la Galicia de Madrid...

En los primeros días de abril de 1856, cuando era una mocita espigada, feucha de cara, pero con buena figura y de relativo buen ver en su conjunto, se vivió en Padrón una ceremonia de despedida muy emotiva. La protagonizaron su madre, Teresa de Castro Abadía, el servicio de ésta, su tía Maripepa y sus primos más próximos: los Hermida de la Casa Grande de Lestrove. La joven, ataviada para la ocasión, quedaba a partir de ese momento al cuidado de José Gasset Montaner, llegado expresamente de Pontevedra. Lo acompañaba su hija, Eugenia Gasset Artime. A las dos jóvenes viajeras, que se conocían de todos los veraneos, se las veía contentas de emprender aquella aventura.
Comenzaba de este modo el largo y costoso viaje a Madrid de los tres últimos. Don José y Eugenia tenían la esperanza de llegar al nacimiento de su primera nieta y su primera sobrina. Rosalía y aquél llevaban otra encomienda. Debían sacar del atolladero en que estaban determinados negocios familiares parejos, seriamente afectados por los cambios legales introducidos en el bienio progresista. Pero había otra razón, de máximo atractivo para las dos jóvenes.
Realizaban éstas, en efecto, el viaje formativo a la capital de España  que las familias de acomodo consideraban de precepto. Una tradición provincial que venía de antiguo y que procuraban cumplir, a pesar de su elevado costo, todos los jóvenes con talento al llegar a la primera madurez. No sólo en Galicia. El mismo cuadro, en esos mismos meses de profunda decepción progresista y democrática, se estaba viviendo en otros lugares, siendo de enorme potencia cultural, por ejemplo, el viaje que protagonizaron ese mismo año los célebres integrantes de las llamadascuerdas, granadina sevillana. La duración era, por tanto, imprevisible. Una aventura indefinida que –en el caso concreto de Rosalía- acabó en estreno como escritora de libros, embarazo no deseado y boda…

viernes, 12 de julio de 2013

Juan Santín y el milagro eucarístico de O Cebreiro


La iglesia pre románica de "Santa María do Cebreiro" que guarda el famoso "cáliz griálico".

8.4.- La leyenda de Juan Santín y el milagro eucarístico de O Cebreiro. Imaginémonos uno de esos días de inclemente invierno, allá en la áspera montaña del Cebreiro, ateridos de frío y arrastrados por el viento y por la lluvia. Son días para el temor, para la desesperanza, mas no para quienes tienen fe. Así ocurrió con aquel aldeano que, pese a todas las dificultades climatológicas, se acercó a oír misa a la solitaria ermita... Pero dejemos que sean palabras de más rancio sabor arcaico, tomadas de un texto de don Enrique Santín, su ilustre tocayo, las que nos describan el famoso milagro griálico:

      Este milagro ocurrió un crudo día de invierno, en el que Juan Santín, hombre de avanzada edad y vecino de Barxamaior, distante cuatro kilómetros del Cebrero en pronunciadísima cuesta, llegó a oir misa cuando el sacerdote había terminado la consagración. Asombrado el celebrante al ver a Juan Santín y dudando de la presencia real de Jesús en la eucaristía menospreció en su interior la devoción y el sacrificio de aquel buen hombre diciendo: “Cuál viene este otro con una tan grande tempestad y fatigado a ver un poco de pan y vino”. En aquel instante, la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, ante la estupefacción del celebrante y del paisano...

      Y, desde entonces, allí siguen como prueba aquella patena y aquel Santo Grial que contuvieron la carne auténtica y la verdadera sangre de nuestro Señor Jesucristo. Dicen que la propia Reina Católica quiso llevar los sagrados vasos a mejor sitio, más la mula que iba a transportarlos se negó en redondo a moverse; y la reina, comprendiendo el significado de aquella negación, renunció al traslado y, por el contrario, optó por regalar unas pequeñas redomas de vidrio en que mejor conservar los sagrados vestigios de aquel milagro.