sábado, 12 de junio de 2010

Casas Novoa

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-La obra magna de Casas Novoa

3.10.- Casas Novoa. Quien hoy llega a Compostela se admira de la preciosa catedral barroca que yergue sus torres hacia el cielo. Quizá se acuerde incluso de los versos de Gerardo Diego, aquellos que empiezan diciendo: También la piedra, si hay estrellas, vuela... Pero pocos saben de antemano que eso es sólo un envoltorio. La catedral está dentro, protegida contra la lluvia y el viento. Es necesario asomarse a sus puertas para comprobarlo: a Platerías, al Pórtico de la Gloria. Es como una joya encerrada en su caja, pero en una caja digna de la joya; hasta tal punto es así que algunos, quizá muchos, confunden lo envuelto con el envoltorio.

Pues bien, la maravillosa caja que encierra la catedral románica tiene a su vez una fachada que ha igualado en importancia a la propia basílica, una fachada que se ha convertido en el símbolo indiscutible de Compostela, unos mellizos lirios de osadía que crecen pujantes hacia el cielo, unas torres que estallan en volutas, pináculos, adornos, que los líquenes y jaramagos recubren de colores. La grandiosa fachada del Obradoiro no es arte, es símbolo, es un nombre gravado en piedra que nos habla del Apóstol y de su ciudad. Por eso, aunque de Casas Novoa conozcamos otras muchas obras, debemos quedarnos sólo con ésta. Porque Casas Novoa planeó el Obradoiro, lo realizó y se murió tranquilo, como diciendo: ahí queda eso; a ver quien lo mejora.

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