miércoles, 30 de diciembre de 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 3: Pamplona, Puente la Reina, Lorca / 37 kms

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Mar de nubes en Zariquiegui.

La niebla. Una espesa niebla cubría Pamplona esta mañana. Los peregrinos suelen madrugar y salir muy pronto pues llegar antes al destino prefijado puede casi garantizar plaza libre en los albergues. Nosotros no estamos compitiendo con nadie, salvo quizá con nosotros mismos. Y si al terminar la jornada no hay sitio en los albergues, alguna solución encontraremos. Somos o queremos ser peregrinos, no participantes en carrera alguna.

Las condiciones climatológicas nos provocaron algún despiste en la ciudad pero una amable camarera de una moderna cafetería, que incluso se tomó la molestia de salir a la calle para prestarnos una mejor ayuda, nos dio las precisas instrucciones para reencontrar las flechas amarillas. Casi entre tinieblas, con la húmeda oscuridad de la niebla, logramos atravesar Cizur y salir de la conurbación de Pamplona. Con dificultad, debido al barro, llegamos a Zariquiegui. Cuenta la leyenda que en la misma subida al Alto del Perdón, un sediento peregrino recibió la visita del demonio que le ofreció saciar su sed a cambio de renegar de su fe y de Santiago. El peregrino, exhausto, tentado estuvo, pero resistió. El Apóstol Santiago le premió haciendo brotar allí mismo la Fuente de la Reniega.
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En el alto del Perdón, junto al monumento al peregrino.

A nosotros también nos llegó la primera tentación de abandono. El lodo hacía muy penosa nuestra travesía, no podíamos avanzar debido al peso de nuestro calzado al que se adherían molestos bloques de barro. Pero aguantamos, animándonos el uno al otro. Y también el Apóstol nos premió. De repente, un inmenso mar de nubes quedó bajo nosotros y pudimos disfrutar de un espectacular paisaje. A nuestra espalda, la torre de la iglesia de Zariquiegui y los altos álamos parecían emerger del mar, al igual que, al Norte, lo hacían las cumbres de las montañas como si fueran islas. Al Oeste, siguiendo el camino ascendente, con alternativas sin barro, ya podíamos ver la cumbre del Perdón. Aquella belleza natural nos dio el aliento necesario para continuar. Ya estábamos arriba, ya coronamos el Alto. Descansábamos un poco junto a una curiosa escultura metálica que simboliza el paso de los peregrinos en distintas épocas cuando llegó un autocar con escolares. Al vernos, un grupo de chicos, alentados por quien debía ser su maestro, nos rodeó, haciéndonos un sinfín de preguntas sobre nuestra experiencia. Fue muy gratificante relatar a aquellos boquiabiertos chiquillos nuestras vivencias, las positivas y las no tanto, los gozos y las sombras de nuestra casi recién empezada peregrinación.

Sumidos en la reflexión sobre la importancia de la docencia y la educación y cómo lograr transmitir de forma atractiva conocimientos y valores a las nuevas generaciones, cruzamos el puerto. Atrás quedaba el mar de nubes, delante el paisaje cambió radicalmente y ante nosotros apareció, luminoso y colorido, el valle de Valdizarbe, dominio de los olivos y los viñedos. Después de atravesar Uterga, Muruzábal y Obanos, donde coincidimos con otros peregrinos que hacían el Camino Aragonés, llegamos a Puente La Reina. En el albergue de los Padres Reparadores nos sellaron la credencial. Después recorrimos su calle Mayor deteniéndonos para admirar la bella portada de la Iglesia de Santiago. Repusimos fuerzas con un “menú del peregrino” en la misma calle Mayor. Inicialmente, nuestra intención era terminar la etapa en Puente La Reina, pero la inyección de moral del Alto del Perdón nos animó a continuar camino. Salimos de la localidad por el puente románico que le da nombre y después de superar fuertes repechos en Mañeru y disfrutar del espectáculo de los viñedos en Cirauqui, llegamos a Lorca. Sin problemas de alojamiento. Nuevo sello en la credencial. Habían sido 37 los kilómetros recorridos. Estábamos muy cansados, pero también muy felices.
M y J

viernes, 25 de diciembre de 2009

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 2: Zubiri a Pamplona / 20 kms.

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Puente de Iturgaiz, de origen románico en la localidad de Irotz.

En Zubiri, antes de la salida, los peregrinos tratamos de sellar nuestra credencial; en este empeño coincidimos con Richard, un joven peregrino australiano que habíamos conocido en el albergue municipal.  En ausencia del hospitalero, finalmente tuvimos que sellar en un establecimiento de hostelería junto a la carretera; conseguido el sello, iniciamos la marcha.

Tras atravesar una especie de cantera, el camino discurre en paralelo al río y, al igual que sus aguas, dirección Pamplona; anduvimos junto a Richard hasta Larrasoaña, donde él optó por continuar el camino marcado mientras nosotros preferimos entrar en el pueblo y conocerlo. Nos dirigimos a la Iglesia de San Nicolás de Bari, donde el párroco nos recibió con afecto e interés y nos selló nuestra credencial. En su tiempo, Larrasoaña era un habitual final de etapa y aunque no vimos albergue, parece que el municipio dispone el polideportivo para acoger al peregrino. Después de caminar un rato por el pueblo, reanudamos la marcha y, casi siempre por un sendero paralelo al Arga, pasamos por las localidades de Akerreta y Zuriain.  

En silencio y escuchando sólo nuestros propios pensamientos seguimos caminando, sin grandes dificultades orográficas, hasta Iturgaiz en donde una pista de sólido firme, preparada para ciclistas y paseantes, nos hubiera llevado cómodamente y sin posibles despistes hasta las puertas de Pamplona. Nosotros preferimos, no obstante, seguir el camino que nos indicaban las flechas amarillas, la misma dura ruta que debieron hacer in illo tempore los peregrinos, los de verdad. Nuestro camino se alejó del Arga, en un continuo sube y baja, remontando repechos y, con gran desgaste de nuestras rodillas, descendiendo lomas. Y así sucesivamente hasta que, súbitamente, desde lo alto de un cerro, tuvimos a la vista Pamplona y las ciudades próximas de Villava y Burlada con las que, entre otras, forma su importante área metropolitana.
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...Pero yo las vi, allí estaban... las torres de Compostela,
(porque "también la piedra, si hay estrellas, vuela" que decía Gerardo Diego)

Fue entonces, en ese mismo momento, cuando ocurrió… Muy lejos en el horizonte, mirando al Oeste y un poco difuminadas, me pareció ver la silueta de las torres de la Catedral compostelana. Mi compañera, incrédula, alegaba que aún estábamos a más de 750 kilometros de Santiago y que eso no era posible….pero yo las ví, ahí estaban, Compostela está cerca…. Aturdido por esa visión que me dejó totalmente perplejo y aceptando la contundencia de los argumentos de mi compañera, tuve que admitir que el cansancio me había jugado una mala pasada, mas en mi fuero interno …..yo sabía que había visto las torres de La Catedral……

Atravesamos Villava, donde nos topamos con un hombre que, con evidentes síntomas de haber bebido, nos recibía al poco amable grito de “españoles kanpora”. Nada en nuestra peregrina indumentaria dejaba traslucir nuestra nacionalidad pero el caso es que acertó. Ni sus excesos alcohólicos ni su extraña agresividad pudo perturbar nuestro ánimo, estábamos en Navarra y, por tanto, en España y teníamos un maravilloso camino esperando por nosotros a la salida de este pueblo. Después de atravesar también Burlada, nos plantamos a las puertas de Pamplona, entramos por el puente de la Magdalena y, poco después, pudimos admirar el bello claustro de su Catedral, así como callejear por Curia, Mercaderes y Estafeta donde volvimos a encontrar a nuestro amigo australiano, también recién llegado. Era hora de reponer fuerzas y lo hicimos compartiendo con él algunos pinchos y hablando de nuestros “respectivos caminos”. Yo seguía aturdido, sin atreverme, diría que por miedo a la burla,  a contarle lo que había visto. Sólo una cosa tenía segura, estábamos muy cansados. Y no dije nada. Mañana estaba ya demasiado cerca.
M y J

Andrés Ramos, Capellán de las Colectividades Gallegas en Madrid, nombrado Socio de Honor de Xuntanza

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José Ramón Ónega, delegado de la Xunta de Galicia en Madrid; Ovidio Cadenas, presidente de Xuntanza; Andrés Ramos, Capellán de las Colectividades Gallegas en Madrid; Fernando Gómez y Horacio Rico, vicepresidente y secretario general, respectivamente, de Xuntanza. 

Xuntanza de Gallegos en Alcobendas ha nombrado Socio de Honor al padre Andrés Ramos.
El acto tuvo lugar el pasado día 18 de diciembre en Alcobendas, durante la multitudinaria cena de Navidad que celebra Xuntanza con sus asociados y amigos.
Ovidio Cadenas, presidente de Xuntanza, impuso a Andrés Ramos, la insignia de oro de esta casa regional de gallegos en Alcobendas en presencia de José Ramón Ónega, delegado de la Xunta de Galicia en Madrid.
El homenajeado agradeció el nombramiento manifestando que “más que un socio de honor, considero que es un honor ser socio de Xuntanza, y agradezco las continuas muestras de afecto que me ofrecen a las que trato de corresponder como haría un amigo, pues me siento amigo de todos en Xuntanza”.
Andrés Ramos, como Capellán de las Colectividades Gallegas en Madrid, preside la misa solemne en gallego que organiza Xuntanza con motivo del Día de Galicia en Alcobendas, entre otros actos.



Mesa de la EOV
En esta localidad madrileña Andrés Ramos es muy querido y admirado, hasta el punto de que ha sido invitado por la Hermandad de la Virgen de la Paz para presidir la Eucaristía del próximo día 26 de enero de 2010 en las fiestas tradicionales de Alcobendas.
Pepe Machado
Director revista Zona Norte de Madrid

La imposición de los dedos

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2.7.- Imposición de los dedos. El vano central del maravilloso Pórtico de la Gloria está dividido en dos por un parteluz marmóreo en forma de árbol. Se apoya sobre un basamento de monstruos, las fuerzas del mal, dominados por un forzudo gigante, tal vez el Sansón bíblico o el Heracles pagano. De allí parte el fuste cilíndrico, sobre el que se representa la genealogía de Cristo, que culmina con un bellísimo capitel con la Trinidad. Los peregrinos han pasado sus dedos sobre este fuste durante siglos, desgastándolo hasta dejar la marca de los dedos como surcos sobre el duro mármol y convirtiendo el acto en un rito que hoy sigue practicándose por quien acude a la catedral compostelana.

La finalidad de la imposición de los dedos es la obtención de cinco gracias, una por cada dedo, creencia en cierto modo supersticiosa pues es un beneficio no atestiguado por  ningún documento pontificio (Precedo Lafuente).

martes, 22 de diciembre de 2009

Diario de una pareja de peregrinos. Etapa 1: Roncesvalles a Zubiri / 21,5 kms

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Una lluvia fina cae sobre el peregrino
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Un hervidero de peregrinos, antes del amanecer, se afana en lograr su sello en la credencial; en nuestro caso, nos pusieron el primer e ilusionante sello en un albergue privado regentado por una simpática pareja de alemanes, frente a la Colegiata de Santa María.
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Y con las dudas de hasta dónde podríamos llegar en nuestra primera etapa, iniciamos la marcha. Una señal de carretera nos indica que estamos a 790 Kms. de Santiago de Compostela; la lluvia, fina e intermitente, nos acompaña durante buena parte de la jornada y ante nosotros el camino, perfectamente señalizado con la que será nuestra mejor guía, la flecha amarilla pintada sobre piedras, árboles, suelo o fachadas….
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Los primeros kilómetros discurren alternando grandes prados y espectaculares bosques de hayas y robles con las travesías de los pueblos de Burguete, Espinal, Bizkarret y Lintzoain, que nos regalaron la belleza de sus casas blasonadas, típicas de montaña del pirineo navarro, impecables, como salidas de un cuento. Poco a poco, las piernas empiezan a notar el esfuerzo, pero la ilusión es aún más fuerte y, cuando ya llevamos cuatro horas de marcha, coronamos el alto de Erro, a unos 18 Kms. de la salida. Cierto dolor en las rodillas nos aparece cuando descendemos hacia Zubiri hasta que finalmente entramos en esta localidad navarra cruzando el  puente de la Rabia sobre el río Arga. Allí decidimos, a la vista del cansancio acumulado, concluir la jornada, buscar dónde alojarnos y preparar la siguiente etapa.
M y J

sábado, 19 de diciembre de 2009

Diario de una pareja de peregrinos: El porqué

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Salida de Roncesvalles

¿Qué mueve a una pareja que ya ha entrado en la cincuentena a recorrer el Camino?. La respuesta más sencilla y precisa se encuentra en el formulario que los peregrinos han de cumplimentar en la Asociación de Amigos del Camino (en nuestro caso, la de Madrid) cuando recogen la credencial. De las varias respuestas posibles, con sus correspondientes casillas, marcamos todas o casi todas; motivos religiosos o espirituales, interés geográfico e histórico, afición por la naturaleza y por el arte, práctica deportiva…. Todas, realmente, las marcamos, porque todas esas razones y alguna más, como el cumplimiento de una promesa, eran nuestras motivaciones. Pero, por encima de todo, quizá nuestro motivo más íntimo es la mirada introspectiva, la búsqueda de nuestras limitaciones pero también de nuestras fortalezas, físicas y psicológicas, en definitiva, un anhelo de conocernos mejor a nosotros mismos y un reto de superación personal en todos los sentidos.

En la Asociación también nos preguntaron dónde iniciaríamos el Camino, así como el porqué de la elección del punto de salida y el modo de hacerlo. Como quiera que hay tantos caminos como peregrinos, en nuestro caso teníamos interés en salir de Roncesvalles porque para nosotros el Camino Francés, aunque no el único, sí es quizá el más emblemático en todo su paso por territorio español. Por otra parte, hacer el Camino andando nos pareció la mejor manera de entender, sufrir y disfrutar de la experiencia, tener un mejor y mayor contacto con otros peregrinos y con la realidad jacobea, además de ser el modo en que lo han hecho millones de peregrinos desde la Edad Media.

Hemos planificado las etapas siguiendo, en lo esencial, las muchas guías al uso pero siendo conscientes de que un reto como éste requerirá de una mitad de planificación y la otra de improvisación, pues bien cierto es que “el hombre propone…y Dios dispone”. Así que, con esa mezcla de programa y conciencia de que habrá que tomar decisiones sobre la marcha, iniciamos nuestro Camino en Roncesvalles….
M y J

viernes, 18 de diciembre de 2009

Rezar una oración ante la tumba del Apóstol

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2.6.- Rezar una oración ante la tumba del Apóstol. Una vez que se ha abrazado la imagen del Apóstol, se bajan las escaleras que conducen a la Cripta donde se conservan los restos del apóstol peregrino. El espacio existente es muy pequeño, y la oración debe ser rápida pues es necesario dejar sitio a nuevos visitantes.

Los restos del Apóstol, varios huesos en bastante mal estado, pues no hay ni uno solo entero, nunca fueron expuestos al visitante. Créese que está sepultado allí, pero su cuerpo nadie lo ha visto, ni aun el rey de Castilla cuando estuvo allí en 1487. Creemos por la fe, que es la que nos salva a los míseros mortales, decía Jerónimo Munzer, peregrino en 1494; y Arnold von Harff, que peregrinó por la misma época, dice: Yo traté con grandes ofertas de que se me enseñara el santo cuerpo. Se me contestó que no se acostumbraba a hacerlo, y que el que dudase, en el mismo momento se volvería loco como un perro rabioso. Con esto me bastó...

Como consecuencia del ocultamiento llevado a cabo por el arzobispo San Clemente ante las amenazas del pirata inglés Drake, los santos restos permanecieron desaparecidos durante tres siglos. Sin embargo, cuando Albani llegó a Compostela en 1743 y quiso visitar la tumba, se le dio una disculpa un tanto extraña: me dicen que el glorioso cuerpo de Santiago yace bajo el altar mayor y no es visto por nadie, y dicen que hace un siglo o antes se podía ver por todos el santísimo cuerpo, pero por la gran insolencia de cada día, el Santo quiso no dejarse ver más por nadie, de modo que un tal Marcelo, arzobispo de dicha ciudad, queriendo satisfacer la curiosidad de bajar al sepulcro, perdió la vista y tembló toda la ciudad con fiero terremoto...
            ---       Sir Francis Drake
A finales del siglo pasado, tras la localización de la tumba, los restos apostólicos fueron analizados por tres expertos catedráticos compostelanos. De su estudio se dedujo la existencia de tres esqueletos, con huesos muy deteriorados y mineralizados, cuya datación podría corresponder al siglo primero. Uno de ellos, el que supuestamente corresponde al Apóstol, pudo ser distinguido de los demás por faltarle algunos trozos que Gelmírez había donado como reliquias.

Hoy el interés por la visión directa de las reliquias ha desaparecido y los viajeros ya no se sienten disgustados por ello. Queda, si acaso, la duda científica sobre el origen incierto de los restos que la leyenda hace corresponder a Santiago el Mayor, el hijo de Zebedeo; pero ningún creyente, más allá de lo que diga la ciencia, renuncia a la breve oración que sugiere este lugar santo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Xuntanza de Galegos en Alcobendas presentó el primer disco cd de su Banda de Gaitas

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El presidente de Xuntanza, Ovidio Cadenas; el maestro José Carracedo; el delegado de la Banda, José D. Muiña; el ingeniero de la grabación, Jesús Abad, y Pepe Machado, periodista y crítico musical. 
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Por fin se ha hecho realidad el viejo proyecto de Xuntanza, la grabación de un disco cd interpretado por su Banda de Gaitas.
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“Canteira de gaiteiros” es la grabación que acaba de ver la luz después del  acto de presentación que celebró Xuntanza en su sede del edificio La Esfera de Alcobendas a los medios de comunicación al que además asistió numeroso público y amigos de la asociación.
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El disco contiene seis temas tradicionales y nueve composiciones originales de Carracedo, Sariñena, Fernandez y Veiga. La grabación ha sido dirigida por el maestro José Carracedo Pousada, director de la Banda, con la colaboración de Jesús Abad, ingeniero de grabación del estudio Sounds & Imagination.
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Portada del CD
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La Banda de Gaitas de Xuntanza se constituyó en 1995, como escuela, y dos años más tarde inició sus primeras actuaciones. Desde entonces, la Banda ha participado en todos los actos de Xuntanza, tanto en España como en el extranjero, siendo memorables sus actuaciones en Japón, en Nueva York (Gran Desfile de San Patricio) y en Irlanda. En la actualidad, está formada por treinta y un componentes entre gaiteros, tamboriles, bombo, pandeiretas, pandeiro y cunchas.   

viernes, 11 de diciembre de 2009

Cofradías en el 16 capítulo de la Enxebre e Pelengrina Cofradía da Augardente e a Queimada




Carlos de Blas / Enxebre Orde da Vieira

















Jesús Górriz / Cofradía del Salmón del Bidasoa


María Luisa Ilabona / Cofradía Doña Gontrodo


Armando Álvarez / Cofradía de los Quesos del Principado de Asturias














Ismael Álvarez de Toledo y Perales / Cofradía del Queso Manchego



























Copyright j.cerdeira@gmail.com 2009


jueves, 10 de diciembre de 2009

16 gran capítulo da Enxebre e Pelengrina Cofradía da Augardente e a Queimada no País Vasco

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El primer domingo de diciembre es la fecha habitual en la que tiene lugar el Capítulo de la Enxebre e Pelengrina Cofradía da Augardente e a Queimada no País Vasco (Keimadarren Euskal Anaiartea). Este año coincidió con el día de la Constitución: una efemérides muy apropiada para el hermanamiento de los pueblos a través de sus tradiciones festivas y gastronómicas.



Cerca de una treintena de peñas gastronómicas de España y del sur de Francia acudieron a la cita; la mayoría correspondientes al País Vasco, que cuenta con gran tradición gastronómica. Desde Madrid acudimos la Enxebre Orde da Vieira, que aunque no pregona especialmente la gastronomía y sí su uso como símbolo cultural, no por ello deja de ponerla siempre como primer plato en todos sus ágapes y celebraciones. Por ello, catorce cofrades de la Orden, ataviados con nuestras capas y sombreros de peregrinos, adornados con relucientes conchas de vieira, acudimos a la celebración donostiarra.


La concentración fue en la Casa de Galicia de San Sebastián donde nos obsequiaron con un suculento amaiketako vasco-galaico a base de caldo, carne de cocido, lacón, empanada, queso de tetilla y chorizo gallego. Todo ello elaborado con exquisitez casera y regado con buenos vinos del Ribeiro.


A las 10:45 h. daba comienzo el desfile, que abría la banda de gaitas Trisquele, de la Casa de Galicia de Donostia-San Sebastián. Tras el estandarte de cada cofradía caminaban los respectivos cofrades revestidos con sus hábitos y capas de ceremonia, banderas y pendones. Los de la Enxebre Orde da Vieira, con nuestra austera vestimenta, marchamos tras una gran pancarta con el mensaje del XACOBEO 2010, que atraía los objetivos de las cámaras de fotos de los numerosos espectadores y periodistas.



La primera etapa del desfile finalizó en la iglesia de San Ignacio, en el barrio de Gros, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa consistente en una misa oficiada en euskera, gallego y castellano por el P. Luis Elizalde. Durante la misa la banda de gaitas interpretó la Marcha de los Peregrinos mientras que eran ofrecidos productos de la tierra entre los que no faltaron el pan gallego, el orujo y el queso de tetilla.


Tras la reconfortante ceremonia espiritual continuó el desfile de los cofrades, precedidos por los gaiteiros del grupo Trisquele, hasta el salón de plenos de la Casa Consistorial de San Sebastián. En la entrada principal se celebró la tradicional recepción de bienvenida con el aurresku de honor.



En el bellísimo Salón de Plenos del Ayuntamiento comenzaron los actos capitulares con un concierto a cargo de la prestigiosa Coral Polifónica de Bera. Sus 25 integrantes, con elegantes vestimentas, lucían una gran concha de vieira sobre el pecho. En el repertorio no faltaron las canciones gallegas, y tras la calurosa ovación del público, dio comienzo la sesión protocolaria de asignación de escaños en la mesa presidencial, llamando a cada presidente o representante de las 27 cofradías presentes en el acto.


Seguidamente dio comienzo la vistosa ceremonia del 16º Capítulo de la Cofradía de la Queimada, con la investidura de los siguientes Cofrades de Gran Honra:
  • Hilario Arbelaitz Irastorza. Maestro Cocinero (Rte. Zuberoa (Oiartzun)
  • Eduardo Benito Olmos. Gerente de la Bodega: “Hermanos Benito Olmos” (Vino DO. Ribera del Duero – Peñafiel (Valladolid)
  • Manuel González Gómez. (Periodista, escritor y editor)
  • Toti Martinez de Lezea. Escritora , Novelista
  • Aletxu Peña. Periodista (El Diario Vasco)


Tras la exposición de un resumen curricular de los homenajeados, se les impuso la capa y la txapela de la cofradía. Se les ungió las manos con oloroso aguardiente gallego y mientras realizaban la promesa de exaltar y valorar siempre este producto gallego, se les habilitó para oficiar queimadas con poderes especiales para espantar las meigas y las sargiñak. Un precioso pergamino enmarcado dejaba constancia del diploma otorgado a cada uno de los Grandes Cofrades de Honra. El oficiante mayor de la ceremonia fue Xosé Antonio Vilaboa, Presidente de la Cofradía del Aguardiente y de la Queimada, auxiliado por los veteranos Jesús Castro Frade y Genma Juarez, también miembros de nuestra Enxebre Orde da Vieira.


El remate de los actos tenía lugar en el Hotel Londres con un descomunal menú gastronómico, a base de empanada gallega, milhojas de pulpo templado con cachelos de patatas lucenses, pimentón de la Vera y aceite de coral de bogavante, vieiras a la donostiarra al estilo cofrade, consomé de ave de corral, bacalao al pil-pil con hongos de Aralar a la plancha, solomillo y queixo de tetilla de Arzúa, el café...


Y, como broche de oro, la monumental queimada iniciática, a cargo de siete queimadores, realizada según rito y fórmula magistral registrada por la Cofradía de la Queimada. Y todo ello oficiado por el druida mayor  Xosé Antonio Vilaboa, verdadero maestro en el arte de la queimada y magistral maestro de ceremonias.


Todo concluyó con un fin de fiesta y un sorteo de regalos, así como un animado baile con orquesta en directo.


Como colofón a esta breve crónica queremos dejar constancia de nuestra felicitación a la Cofradía de la Queimada por su gran poder de convocatoria, al reunir a cerca de 200 participantes e integrarlos con protagonismo en la celebración.


Nuestra felicitación también a los participantes por el “buen rollo” demostrado, con simpatía, cordialidad y sano humor. Nada mejor para hermanar a los pueblos que sentarse alrededor de una mesa y compartir los productos de la tierra. Cualquier barrera ideológica se derrumba cuando te integras en este tipo de celebraciones, como la vivida en la Cofradía de la Queimada.


Y finalizamos con nuestra más entusiasta felicitación a Xosé Antonio Vilaboa, natural de Forcarey (Pontevedra), creador de la Cofradía de la Queimada, autodidacta y autor de numerosos libros, entusiasta del Camino de Santiago (con mayúsculas…) y el mejor embajador de Galicia en el País Vasco donde, por cierto, también sabe hacer patria vasca, y todo ello sin detrimento de la española. Grande y admirable ejemplo de saber ser y estar…

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