Palabras de salutación del portavoz de la Enxebre Orde da Vieira a los asistentes al Capítulo Extraordinario de la Orden en el antiguo Centro Gallego de La Habana:
José Cerdeira dirigiéndose a los asistentes al Capítulo Extraordinario de la Enxebre Orde da Vieira en La Habana |
Queridas autoridades, queridos cofrades, queridos amigos:
Hoy es un día muy especial para nosotros; hoy, por fin, estamos en Cuba.
La Enxebre Orde da Vieira es un
grupo de amigos cuyo origen se remonta al verano de 1967. En aquel año, un
pequeño grupo de jóvenes gallegos asentados en Madrid, estudiantes y recién
licenciados, decidieron reunirse periódicamente con el fin de promocionar
Galicia y de abrir una ventana al mundo de la "galleguidad". El grupo
fue creciendo con la incorporación de numerosas personalidades españolas y de otros
muchos países amigos hasta ser lo que somos.
Hoy la Orden está integrada por más
de 1.500 personas repartidas por unos 28 países de cuatro continentes. Somos
obreros, profesionales, artistas, deportistas, intelectuales, políticos, gente
de toda condición cuyo único nexo de unión entre nosotros es el amor por
Galicia. Cada año, allá por el mes de marzo, nos reunimos en Madrid en lo que
llamamos un "capítulo ordinario". El objetivo es simple, renovar los
sentimientos de amistad e incorporar nuevos amigos a la bella tarea de
promocionar nuestra Tierra. Pero, además de los ordinarios, celebramos
capítulos extraordinarios en los que viajamos a diferentes ciudades y países
del mundo con el objetivo de ponernos en contacto con los gallegos de esos
lugares. Así, hemos celebrado capítulos en Buenos Aires, Río de Janeiro,
México, Nueva York, Lisboa, Roma, Irlanda, Polonia, Jerusalén y en muchas ciudades
gallegas y españolas.
También, dentro de la labor de
promoción de lo gallego, hemos editado más de cuarenta libros que se han
repartido gratuitamente entre nuestros cofrades y las principales
colectividades gallegas en el mundo.
Pero, lógicamente, nos faltaba algo.
Sí, hace cincuenta años que
nacimos con el deseo de convertirnos en voceros de la "galleguidad" y
de la hermandad entre las gentes y los pueblos, y desde entonces llevábamos con
nosotros una espina clavada en el alma. Los sencillos versos de José Martí, desdibujados
en nuestra memoria, se manifestaban una y otra vez convertidos en deseo: Yo soy un hombre sencillo que tiene un hueco
en el alma, para que Cuba lo llene, para que me sienta en calma.
Y es que Cuba también es nuestra patria.
Decía hace poco el embajador Juan
José Buitrago que "después de la independencia de Cuba, cientos de miles
de españoles llegaron a este país en busca de un futuro mejor". Y, en palabras de nuestro
cofrade y maestro Eusebio Leal, "no llegaron soldados, ni virreyes, ni
funcionarios, llegaron hombres y mujeres que venían a buscar el futuro que su
propia patria no podía darles en aquel momento. Aquellos hombres y mujeres
hicieron Cuba, y Cuba les hizo a ellos, y ese es el vínculo más poderosos que
tenemos".
Entre los gallegos que la
necesidad trajo a Cuba, algunos triunfaron económicamente y otros no; algunos
regresaron a su Tierra para construir una casa y plantar unas palmeras y otros
nunca lo hicieron, quizá porque no quisieron o quizá porque no pudieron. Así es
la vida. Pero todos ellos tuvieron una tierra que les dio acogida y les dio
oportunidades y les dio de comer. Si todos ellos se levantaran y pudieran hablar
de nuevo sería para alzar sus voces de amor por Cuba, para agradecer aquello
que más se agradece, porque tuve hambre y
me diste de comer.
Hoy, desde este templo de la "galleguidad"
que es el palacio del Centro Gallego de La Habana, queremos agradeceros a todos
vuestro cariño y vuestro amor por Galicia. Queremos agradecer a quienes lo
levantaron y lo convirtieron en el símbolo de Galicia en América; a quienes
desde él fomentaron la identidad gallega y lo cedieron para que sirviera de
cuna a nuestros símbolos más queridos: nuestra bandera y nuestro himno; y a
quienes, con su esfuerzo, restauraron este edificio soberbio y hoy saben
cuidarlo y mantenerlo como un auténtico refugio de cultura, sin por ello
olvidarse de la actual colonia gallega ni bajar de lo más alto el emblema de
Galicia.
Cuba es Galicia y Galicia es Cuba.
Por eso, desde Santiago a Santiago, desde Santiago a La Habana, quiero pregonar
mi amor por estas dos tierras del alma.
Y termino. Gracias por estar aquí
con nosotros, gracias por hacer esto posible y gracias por hacerme feliz: Yo soy un hombre sencillo que tiene ahíta el
alma de los amores de Cuba, de la salsa y de la caña.
Muchas gracias.
José Cerdeira Taboada
No hay comentarios:
Publicar un comentario