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El primer domingo de diciembre es la fecha habitual en la que tiene lugar el Capítulo de la Enxebre e Pelengrina Cofradía da Augardente e a Queimada no País Vasco (
Keimadarren Euskal Anaiartea). Este año coincidió con el día de la Constitución: una efemérides muy apropiada para el hermanamiento de los pueblos a través de sus tradiciones festivas y gastronómicas.
Cerca de una treintena de peñas gastronómicas de España y del sur de Francia acudieron a la cita; la mayoría correspondientes al País Vasco, que cuenta con gran tradición gastronómica. Desde Madrid acudimos la Enxebre Orde da Vieira, que aunque no pregona especialmente la gastronomía y sí su uso como símbolo cultural, no por ello deja de ponerla siempre como primer plato en todos sus ágapes y celebraciones. Por ello, catorce cofrades de la Orden, ataviados con nuestras capas y sombreros de peregrinos, adornados con relucientes conchas de vieira, acudimos a la celebración donostiarra.
La concentración fue en la Casa de Galicia de San Sebastián donde nos obsequiaron con un suculento
amaiketako vasco-galaico a base de caldo, carne de cocido, lacón, empanada, queso de tetilla y chorizo gallego. Todo ello elaborado con exquisitez casera y regado con buenos vinos del Ribeiro.
A las 10:45 h. daba comienzo el desfile, que abría la banda de gaitas
Trisquele, de la Casa de Galicia de Donostia-San Sebastián. Tras el estandarte de cada cofradía caminaban los respectivos cofrades revestidos con sus hábitos y capas de ceremonia, banderas y pendones. Los de la Enxebre Orde da Vieira, con nuestra austera vestimenta, marchamos tras una gran pancarta con el mensaje del XACOBEO 2010, que atraía los objetivos de las cámaras de fotos de los numerosos espectadores y periodistas.
La primera etapa del desfile finalizó en la iglesia de San Ignacio, en el barrio de Gros, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa consistente en una misa oficiada en euskera, gallego y castellano por el P. Luis Elizalde. Durante la misa la banda de gaitas interpretó la Marcha de los Peregrinos mientras que eran ofrecidos productos de la tierra entre los que no faltaron el pan gallego, el orujo y el queso de tetilla.
Tras la reconfortante ceremonia espiritual continuó el desfile de los cofrades, precedidos por los gaiteiros del grupo Trisquele, hasta el salón de plenos de la Casa Consistorial de San Sebastián. En la entrada principal se celebró la tradicional recepción de bienvenida con el
aurresku de honor.
En el bellísimo Salón de Plenos del Ayuntamiento comenzaron los actos capitulares con un concierto a cargo de la prestigiosa Coral Polifónica de Bera. Sus 25 integrantes, con elegantes vestimentas, lucían una gran concha de vieira sobre el pecho. En el repertorio no faltaron las canciones gallegas, y tras la calurosa ovación del público, dio comienzo la sesión protocolaria de asignación de escaños en la mesa presidencial, llamando a cada presidente o representante de las 27 cofradías presentes en el acto.
Seguidamente dio comienzo la vistosa ceremonia del 16º Capítulo de la Cofradía de la Queimada, con la investidura de los siguientes Cofrades de Gran Honra:
- Hilario Arbelaitz Irastorza. Maestro Cocinero (Rte. Zuberoa (Oiartzun)
- Eduardo Benito Olmos. Gerente de la Bodega: “Hermanos Benito Olmos” (Vino DO. Ribera del Duero – Peñafiel (Valladolid)
- Manuel González Gómez. (Periodista, escritor y editor)
- Toti Martinez de Lezea. Escritora , Novelista
- Aletxu Peña. Periodista (El Diario Vasco)
Tras la exposición de un resumen curricular de los homenajeados, se les impuso la capa y la txapela de la cofradía. Se les ungió las manos con oloroso aguardiente gallego y mientras realizaban la promesa de exaltar y valorar siempre este producto gallego, se les habilitó para oficiar queimadas con poderes especiales para espantar las meigas y las sargiñak. Un precioso pergamino enmarcado dejaba constancia del diploma otorgado a cada uno de los Grandes Cofrades de Honra. El oficiante mayor de la ceremonia fue Xosé Antonio Vilaboa, Presidente de la Cofradía del Aguardiente y de la Queimada, auxiliado por los veteranos Jesús Castro Frade y Genma Juarez, también miembros de nuestra Enxebre Orde da Vieira.
El remate de los actos tenía lugar en el Hotel Londres con un descomunal menú gastronómico, a base de empanada gallega, milhojas de pulpo templado con cachelos de patatas lucenses, pimentón de la Vera y aceite de coral de bogavante, vieiras a la donostiarra al estilo cofrade, consomé de ave de corral, bacalao al pil-pil con hongos de Aralar a la plancha, solomillo y queixo de tetilla de Arzúa, el café...
Y, como broche de oro, la monumental queimada iniciática, a cargo de siete queimadores, realizada según rito y fórmula magistral registrada por la Cofradía de la Queimada. Y todo ello oficiado por el druida mayor Xosé Antonio Vilaboa, verdadero maestro en el arte de la queimada y magistral maestro de ceremonias.
Todo concluyó con un fin de fiesta y un sorteo de regalos, así como un animado baile con orquesta en directo.
Como colofón a esta breve crónica queremos dejar constancia de nuestra felicitación a la Cofradía de la Queimada por su gran poder de convocatoria, al reunir a cerca de 200 participantes e integrarlos con protagonismo en la celebración.
Nuestra felicitación también a los participantes por el “buen rollo” demostrado, con simpatía, cordialidad y sano humor. Nada mejor para hermanar a los pueblos que sentarse alrededor de una mesa y compartir los productos de la tierra. Cualquier barrera ideológica se derrumba cuando te integras en este tipo de celebraciones, como la vivida en la Cofradía de la Queimada.
Y finalizamos con nuestra más entusiasta felicitación a Xosé Antonio Vilaboa, natural de Forcarey (Pontevedra), creador de la Cofradía de la Queimada, autodidacta y autor de numerosos libros, entusiasta del Camino de Santiago (con mayúsculas…) y el mejor embajador de Galicia en el País Vasco donde, por cierto, también sabe hacer patria vasca, y todo ello sin detrimento de la española. Grande y admirable ejemplo de saber ser y estar…
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