Estimados amigos de la Enxebre Orde da Vieira
Agradezco el honor que me hacen con este trofeo de la "galeguidade", pero más que a los méritos que pudiera tener, lo atribuyo a la rutina social de iniciar una despedida cuando alguien rebasa o se acerca a los limites cronológicos que se consideran aceptables.
Yo he llevado mi condición de gallego por todo el mundo. Algunas veces, no he tenido que decirlo yo sino que me lo han recordado. El 29 de abril de 1959, sostenía mi tesis doctoral en la Universidad de París, la antigua Sorbona. Días antes, el director del diario Le Figaro, que era el mas importante diario matutino de París, me pidió que me reuniera con él. En la reunión que tuvimos me solicitó permiso para enviar una reportera a hacer una reseña del sostenimiento de tesis.
El reportaje tuvo un lugar destacado en el periódico y produjo un gran impacto, particularmente porque la supuesta reportera era Beatrix Beck, premio Goncourt de literatura, equivalente al premio nacional de literatura. El titulo de su trabajo fue Un Gallego Introduce el Derecho Interplanetario en la Sorbona. Alguien tradujo dicho artículo al castellano y fue publicado días después en la Voz de Galicia.
Así, mi vida profesional la inicié en el espacio exterior, del que bajé para seguir las múltiples rutas que por el mundo han seguido y continuarán a seguir tantos gallegos, respondiendo a nuestra vocación universal. Yo creo en Galicia y creo en España y creo en Europa y creo en el Mundo y considerando la diversidad como algo muy positivo, solo la puedo admitir cuando lo que hace es reforzar la unidad de los seres humanos. Me cansan y me irritan los que quieren ser cada vez más pequeños. Los problemas que enfrentamos los humanos sólo los podemos resolver unidos, y no divididos. Por eso yo entiendo la verdadera galeguidade, solo como un sinónimo de la universalidad.
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