Palabras del Gran Canciller de la Enxebre Orde da Vieira D. Enrique Santín en el XLVIII Capítulo General de la Orden
El Canceller Enrique Santín desvelando el gran "secreto". |
Honorables
Miembros del Consello, estimados Cofrades, queridos neófitos, amigos y
simpatizantes de la Orden:
Transcurridas
más de cuatro décadas y un lustro y cuando estamos en el umbral del medio siglo
de existencia de la Orden de la Vieira, puedo revelar a todos los Cofrades,
simpatizantes, amigos y admiradores de la Orden, distribuidos por todo el
mundo, el secreto de su éxito, pujanza y vitalidad, así como su arraigo y
difusión. Secreto que, como el Santo Grial de la Vieira, hemos guardado
celosamente hasta nuestros días.
La empresa no
ha sido fácil. Tuvimos que remontarnos a la antigua Grecia, cuna de la
sabiduría y en la que, como dijo Herder, ha sido puesto el fundamento de todo
conocimiento de ciencia y de toda hermosura de forma.
A esa antigua
Grecia se dirigió el mitológico dios celta Breogán, desde los confines de
Fisterra, para consultar no al Olimpo donde moran los dioses, ni al Parnaso
donde reinan los poetas, sino al mismísimo Oráculo de Delfos, donde se informó
de cómo dicho oráculo había comunicado a Querefonte, amigo de Sócrates, que
éste era el hombre más sabio de Atenas y que, cuando se enteró Sócrates
respondió con las célebres frases de que “ciertamente yo ya sé que no soy
sabio; pero mientras en Atenas hay muchos que creen serlo y están orgullosos de
su saber, yo me doy cuenta de mi ignorancia y en esto, les soy superior”. Aceptando
Breogán la sabia respuesta del gran maestro griego Sócrates, convertido en el
paradigma del sabio que no sabía, se dirigió sin más demora a la Galicia
profunda y, más concretamente, al oráculo de Noia, la villa marinera que
fundara Noé, el segundo hombre más longevo de la historia después de Matusalén,
pues vivió, según pasajes de la Biblia, novecientos cincuenta años.
Consultado el
oráculo de Noia por Breogán, aquel le anunció solemnemente que en la Orden de
la Vieira “somos lo que sabemos que no somos y cuanto más sabemos lo que
no somos, más sabemos, realmente, lo que somos”. Esa es la gran verdad de la
ironía socrática que hacemos nuestra.
Ese es el
secreto de nuestra Orden. Ese es el misterio que ni la Santa Compaña descubrió
en sus largos recorridos lunares y galácticos, a través de la Vía Láctea o de
las estrellas. Esa es la fuerza de la ironía galaica que nos define, defiende y
protege frente a todos los maleficios, malos presagios y peores augurios que
puedan aparecer en el horizonte.
En
definitiva, en la Orden de la Vieira somos lo que somos porque siempre hemos
querido ser así, y porque siempre deseamos seguir queriendo ser así, es decir,
libres, autónomos e independientes, sin más norma que la defensa y promoción de
los valores de la galleguidad en el mundo.
Por eso, y
dado que el gallego se define precisamente por su indefinición, podemos
concluir diciendo que nuestra Orden no es sectaria, exclusivista ni excluyente;
no es una opción política ni una confesión religiosa; no es un lobby ni un
grupo de presión; no discrimina; no tiene nada que ver con la prima de riesgo
ni con el euribor; no cumple con el “IVA” porque siempre está de vuelta; no
cotiza en bolsa; su valor se mide por sus acciones, y éstas, por su amor a
Galicia y por seguir la ruta jacobea o el camino de las estrellas, con la
concha de peregrinos y la mirada puesta en Santiago, cuna y meta de la cultura
de Occidente y de sus raíces cristianas y universales.
Termino, pues,
exhortándoos a que proclaméis, a todos los vientos, este secreto a voces que os
acabo de revelar y que lo hagáis, como dice la divisa de nuestra Orden con
lembranza y amistad.
El Gran Canciller. 7 de marzo de 2015
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