martes, 12 de febrero de 2008

CANTIGAS (I)

La EOV es cultural y es viajera. Muchos de los “posts” anteriores hacen referencia a esa continua peregrinación por los más alejados rincones a dónde hayan llegado gallegos. Pero la Orden de la Vieira es también “enxebre”, porque hiende sus raíces en lo más profundo del alma gallega. Por eso, a partir de esta semana, queremos ir dibujando con pequeñas pinceladas esa Galicia que aún llevamos en nuestra memoria. Y lo haremos a través de las modestas cantigas que resonaban en las ruadas hasta no hace tanto. Ellas serán como pequeñas gotas de amor caídas de la inmensidad de los recuerdos… Y para empezar nada mejor que cantar a nuestra madre, a la que nos alumbró un buen día, y a aquella otra, verde y hermosa, abandonada hace un tiempo, pero olvidada nunca:

Miña nai, miña naiciña
Coma miña nai ningunha
Que me quentou a cariña
Co calorciño da sua.

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