domingo, 16 de mayo de 2010

El arzobispo Don Alonso III de Fonseca

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Alonso III de Fonseca

3.9.- El arzobispo Don Alonso III de Fonseca. Pertenecía, Don Alonso, a una poderosa familia compostelana de la cual él era el tercer arzobispo. Fue un personaje típicamente renacentista, educado en Salamanca, con ideas nuevas: ideas de amor por lo clásico y cierto desprecio por las formas bárbaras representadas por románico y gótico. El nuevo arzobispo desearía reformar Compostela en profundidad y seguramente lamentó que la Catedral estuviera ya construida pues eso le impedía mostrar en ella las nuevas corrientes artísticas que llegaban de Italia.

Pero aún había mucho que hacer en Santiago, y don Alonso, tercer arzobispo de su linaje y cuarto de su nombre, se puso manos a la obra. Lo primero fue completar la Catedral, y para eso mandó proyectar y construir el bello claustro renacentista que ahora podemos contemplar. Miró luego al viejo hospital de peregrinos, que limitaba la plaza del Obradoiro por el norte, y para él mandó construir una fastuosa fachada plateresca que todavía llama poderosamente la atención del visitante. Las ansias renovadoras y constructoras las continuó don Alonso con la construcción del magnífico colegio que hoy lleva su nombre. Estas tres obras acreditan la voluntad y capacidad constructora de un hombre renacentista que marcó una fuerte influencia en el aspecto externo de la ciudad.

Claustro de la Catedral

Pero el arzobispo era un hombre culto, con las ideas propias de los tiempos, donde lo humano se valoraba y respetaba hasta robar un cierto protagonismo a lo divino. Por eso no bastaba con vestir Compostela de ricos y vistosos edificios, era necesario adornarla con el manto de la sabiduría y del conocimiento. Claro que, más allá de algunos estudios teológicos o filosóficos, la ciudad no había sido pródiga en ciencia, y don Alonso se encarga de impulsar numerosas fundaciones de tipo universitario que convierten el apagado y apático conocimiento medieval en algo vivo y pujante capaz de unir el nombre de Compostela al de la mismísima Salamanca.

Fachada plateresca del antiguo hospital de peregrinos

El arzobispo don Alonso III de Fonseca partió de Compostela como había llegado, lleno de ilusión hacia su nueva sede en la diócesis toledana; pero la ciudad que dejaba atrás ya nunca sería la misma pues en ella, aunque tarde, había prendido la ilusión por el saber, el espíritu universitario y universalista del Renacimiento.

Hay quien dice que la vieja ciudad del Apóstol pasó directamente del románico al barroco, como en un brioso salto que le permitiera pasar por encima de gótico y renacimiento sin contaminarse de su espíritu; pero no es verdad. Cierto es que la catedral estaba ya hecha y no era cuestión de tirarla y volver a construirla, mas las numerosas obras del arzobispo Fonseca nos dejan una pátina del humanismo propio de la época que forman parte señera de la actual Compostela.
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P.S.: Como curiosidad para los que somos de "la capital más bella de Galicia", recordar que Don Alonso III de Fonseca fue cura párroco de Santa María la Mayor, cuya fachada, por cierto, recuerda vágamente la del Hospital de los Reyes Católicos de Santiago... ¿no?

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