miércoles, 12 de mayo de 2010

Don Pedro Muñiz, el arzobispo nigromante

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Alzado ideal de la cabecera de la catedral compostelana según Conant

3.8.- Don Pedro Muñiz, el arzobispo nigromante. La razón de traer aquí a don Pedro Muñiz está en haber sido el arzobispo al que le tocó inaugurar solemnemente la nueva catedral compostelana. La especial ceremonia se celebró en la feria quinta tras la segunda domínica después de Pascua del año 1211, y en ella participaron hasta diez obispos, el rey Alfonso IX con toda su corte, numerosos cantores y demás gentes a quienes gustan estos brillantes regocijos.

Don Pedro Muñiz debió ser un hombre aficionado a la lectura, culto y buen discutidor. Se cuenta que en una ocasión, tras larga disputa con el beato Martino de León, al no poder vencerle, recurrió a sofismas por lo que Dios le castigó con unas fiebres inmediatas. Y también se sabe que ayudó especialmente a aquellos canónigos que quisieron viajar hasta París para completar su formación teológica y filosófica. Su amor hacia el conocimiento hace que la leyenda nos lo presente a altas horas de la mañana, acompañado de una vela casi desgastada, leyendo libros y más libros, quizá buscando la piedra filosofal. Y tanto es así que, según esas mismas leyendas, en cierta ocasión, estando en Roma con el Papa Inocencio III, se acordó de su amado Santiago y se vino volando por los aires llegando a Compostela justo al rezo de maitines entre el asombro de sus canónigos.

Pero, olvidándonos de su fama de nigromante, don Pedro Muñiz fue un gran arzobispo, y el cabildo le concedió el privilegio de ser enterrado al pie del Pórtico de la Gloria, en ese lugar de paso donde se detienen todas las procesiones para rezar en silencio por su alma antes de pisar la losa de su tumba.

1 comentario:

  1. Y pensar que soy descendiente de este ilustre personaje.....me llena de orgullo y satisfaccion.

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