¡Precio: 30 euros/km!
5.5.- Peregrinación por delegación. Todos los pueblos del mundo, creyentes o no, sacan al cristo en procesión cuando hay sequía... (non creo nas meigas, pero... por si acaso) o, dicho de otro modo, nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y en muchas ocasiones, el cristo o la santa rita llevan el nombre de Santiago. Por escrito están los casos de Barcelona y Perpiñán (finales del siglo XV) que encargaron una peregrinación colectiva como intercesión ante el Apóstol para que los librara de una grave peste. También Gerona, entre otras ciudades, delegó en algunos de sus nobles para que viajaran a Compostela y recurrieran al Apóstol tras una persistente sequía.
Sin embargo la delegación no debe entenderse exclusivamente como una delega-ción de muchos a pocos sino también de particular a particular. Muchos eran, por ejemplo, los enfermos que recurrían a un familiar o, si tenían medios, pagaban a al-guien para que peregrinara en su nombre. Casos abundan también de testamentos en los que se impone a los herederos la obligación de cumplir la promesa del fallecido de peregrinar a Compostela:
En 1341 testaba Bernard de Ezi, señor de Albret: ...y como he prometido hacer cinco peregrinaciones, mando que sean hechas por mis hijos, una cada uno si no pudiera hacerlas todas uno solo. Y, a veces, temiendo que no se fuera a cumplir lo mandado, el propio testador sugería la posibilidad de delegar en alguien que pudiera hacer la peregrinación mediante el correspondiente pago.
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