lunes, 14 de junio de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 15: de Sahagún a El Burgo Ranero / 18 kms

-
Entrando en El Burgo Ranero

Tras unas jornadas de descanso obligatorio, con el que pagamos nuestra soberbia osadía, reemprendimos la ruta desde Sahagún. Hemos cruzado el punto que delimita la mitad de la distancia Roncesvalles-Santiago y es hora, nos decimos, de hacer una recapitulación de lo hasta ahora vivido.

Es hora de formular las conclusiones provisionales. Volvemos a recorrer, mentalmente, nuestras anteriores etapas y hacemos con ello un entretenido ejercicio de memoria; las anécdotas vividas, la dureza de las etapas, las jornadas largas y las cortas, las condiciones climatológicas, el trato al peregrino en los albergues, los establecimientos de hostelería, el estado del camino, el contacto con otros peregrinos, entre otros aspectos, nos ayudarán a recorrer esta etapa, marcada por la llanura castellana y, sólo aparentemente, por la monotonía.

¿El estado del camino?, excelente y motivadora señalización (las famosas flechas amarillas), excepto en las entradas y salidas de las grandes poblaciones donde las obras de infraestructuras tratan al Camino de Santiago como una molestia y no como una Ruta Cultural Europea de primer orden. ¿Lo más duro?, la lluvia en Viana y el barro en Zariquiegui. ¿El paisaje más hermoso?, los bosques de Navarra y los viñedos de la Rioja, sin olvidar la delicia de los Montes de Oca, en Burgos.

Con Lisa, la joven china

¿La mejor anécdota?, la sorprendente acogida del ex – hospitalero de Estella. ¿El más bello ejemplo de arte?, en este punto tenemos una pequeña discrepancia entre nosotros, pues uno se inclina por San Martín de Frómista y el otro por la Catedral de Burgos. ¿Muchos peregrinos?, no, no demasiados, al menos hasta el punto en que nos encontramos. Nos cuentan los peregrinos expertos que desde Astorga (donde se incorporan al Camino Francés los que vienen del Sur) y especialmente en el tramo gallego, es decir, desde O Cebreiro, se nota una mayor afluencia. Ya lo comprobaremos, si Dios quiere. Y, desde luego, notamos mayoría de peregrinos extranjeros, jóvenes y mayores, occidentales y orientales y muchos, muchos, en solitario o en pareja. ¿Son mayoría o sólo nos lo parece?…

¿Los albergues?, hay de todo, como en la viña del Señor. Nos sorprende que algunos estén cerrados e incluso que en emblemáticas localidades como San Juan de Ortega no haya (o no lo vimos). ¿Los establecimientos de hostelería?, pues creemos que el Camino es no sólo una ruta cultural y espiritual de máxima relevancia sino también un eje vertebrador y dinamizador de la economía de muchas pequeñas localidades que tienen en la Ruta Jacobea una oportunidad de prosperidad y generación de empleos. Para ello se necesita promoción y ayudas públicas, pero también profesionalidad y honestidad, porque hemos visto cada cosa…

Con este ameno entretenimiento, alcanzamos las inmediaciones de El Burgo Ranero donde coincidimos con Lisa (nombre occidentalizado de otro mucho más complejo), una joven china con la que compartimos los últimos kilómetros de esta inmensa llanura y con la que nos hemos intercambiado fotografías y experiencias a través del correo electrónico. Incluso entramos con ella en El Burgo, entre risas y carreras, jugando con los bastones como si fueran “sticks” de hockey. Luego compartimos un animado almuerzo en uno de esos establecimientos que viven por y para el peregrino, donde sellamos credenciales y encontramos alojamiento.
M & JF

No hay comentarios:

Publicar un comentario