martes, 22 de junio de 2010

El bordón

-
El bordón del peregrino

4.2.- El bordón. La palabra parece derivar de burdus, mulo, al igual que muleta y muletilla. Sería pues el falso mulo que sirve como ayuda de transporte a quien no tiene uno verdadero. Popularmente también es llamado caballo de San Francisco, porque así caminaba el Santo, nombre que abunda en la misma idea. Sin embargo, en los primeros años de la peregrinación (p.e.: en el Códice Calixtino) el nombre usado era el de báculo, pero esta palabra se encumbró y solemnizó tanto que acabó por aplicarse únicamente al cayado del obispo.

Bordón y calabaza

La asociación de bordón y tercer pie es antigua. Preguntaba la Esfinge a Edipo: ¿Cuál es el animal que anda a cuatro pies al nacer, luego a dos y posteriormente a tres? Lo adivinó Edipo y se convirtió en rey (aunque más le hubiera valido... ¡pero esa es otra historia). El peregrino usa pues el bordón como apoyo suplementario, especialmente en aquellas zonas del camino en que la calidad del pavimento no es la adecuada. Pero no es su única utilidad ya que el alto bastón servía también como medio de defensa frente a perros y lobos y, algunas veces, frente a otros hombres, pues el hombre puede convertirse en lobo frente a los de su propia especie.

Si la vieira es un símbolo de la culminación del Camino, el bordón lo es de su inicio: Recibe este bordón para que te sostenga en la marcha trabajosa de tu peregrinación, puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago... decía la bendición, y la verdad es que el apoyo prestado por ese simple palo era de vital importancia para el viajero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario