Con nuestr amigo Alfredo
Salimos tarde. Teníamos ante nosotros una etapa corta y además, no pasamos buena noche por culpa, pensamos, de los alimentos, en dudoso estado, ingeridos en el bar cuyo nombre no queremos ni recordar. El Concello o la Xunta deberían tomar cartas en el asunto. Y no es sólo nuestra opinión, supimos que otros peregrinos ya se habían quejado de lo mismo. En fin, es mejor olvidar y no permitir que los árboles de los inconvenientes nos impidan ver el bosque de la ilusión, de la superación personal y de todo lo que supone peregrinar a Compostela.
Como tantas veces nos ha ocurrido, también en Triacastela dos posible rutas se ofrecen al peregrino para llegar a Sarria. Una, la histórica, por San Xil, más corta pero con más desniveles. Otra, la artística, por Samos, mucho más llana. Nosotros optamos por la primera. Y comenzamos a andar por pistas entre bosques de castaños, abedules y carballos, ganando altura poco a poco, descansando algo en la Fonte dos Lameiros, antes de coronar el alto de San Xil. Montán, Fortearcuda y Furela son las siguientes aldeas por las que pasa el Camino. En la última hacemos un descanso para tomar un café.
Como tantas veces nos ha ocurrido, también en Triacastela dos posible rutas se ofrecen al peregrino para llegar a Sarria. Una, la histórica, por San Xil, más corta pero con más desniveles. Otra, la artística, por Samos, mucho más llana. Nosotros optamos por la primera. Y comenzamos a andar por pistas entre bosques de castaños, abedules y carballos, ganando altura poco a poco, descansando algo en la Fonte dos Lameiros, antes de coronar el alto de San Xil. Montán, Fortearcuda y Furela son las siguientes aldeas por las que pasa el Camino. En la última hacemos un descanso para tomar un café.
Entre prados y bosques
Con alegría, nos reencontramos con Alfredo, nuestro amigo venezolano, que había salido de Triacastela antes que nosotros. Los bosques de robles y castaños, moteados con verdes prados nos acompañaron por Pintín, Aguiada y San Mamede del Camiño y juntos disfrutamos de la belleza de las sendas y la facilidad de su escaso desnivel.
Fonte dos Lameiros
Ya en Sarria, nos emocionó despedirnos de él. Intercambiamos direcciones de correo y teléfonos, además de sinceros abrazos. Nos dejó lo mejor, su amistad y su ejemplo de afán de superación ante las adversidades. Le recordaremos con el mismo afecto que él nos dio y como además seguro que cumple su promesa, le veremos el próximo año en algún lugar de España.
M & JF
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